(zenit – 20 agosto 2020).- El Secretario General de la ONU exige la liberación inmediata e incondicional del presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, y de los miembros de su gabinete, después de que fueran detenidos por militares el martes, 18 de agosto de 2020.
Ese día, las fuerzas armadas destituyeron al presidente Keita, lo detuvieron junto con el primer ministro, Boubou Cissé, y lo obligaron a dimitir. El país está atravesando una profunda crisis social y política desde hace meses.
El coronel del Ejército de Tierra Assimi Goita se presentó ayer en la base militar de Kati, a unos 15 kilómetros de Bamako, como líder del Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP). Los soldados que tomaron el poder en Mali hace dos días en un golpe de Estado prometen una “transición política civil” y elecciones generales “en un tiempo razonable”, informa L’Osservatore Romano.
“Detener el vandalismo”
Goita había aparecido en la televisión en la noche entre el martes y el miércoles, junto con otros militares, durante el anuncio de la toma del poder, pero sin tomar la palabra. Aún no está claro a quién representa: un grupo de soldados con incertidumbres, tal vez combinado con una franja del movimiento que ha liderado los protestas.
La nueva junta ha invitado a la población a “volver al trabajo” y “detener el vandalismo”. Goita dijo que “el país ya no tiene derecho a cometer errores”. Mientras tanto, las fuerzas políticas de la oposición dijeron que tienen la intención de colaborar con la junta militar.
Sin embargo, esto no es suficiente para tranquilizar a la comunidad internacional: las Naciones Unidas y la Unión Africana (UA) han condenado la acción y han exigido la liberación de los prisioneros, reporta la Organización de las Naciones Unidas.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas subrayó “la urgente necesidad de restablecer el estado de derecho y proceder al retorno al orden constitucional”. La Unión Africana, por su parte, había decidido suspender a Mali después del golpe “hasta que se restablezca el orden constitucional”.
Toque de queda y fronteras cerradas
“Todos estamos bien. Estamos viviendo con serenidad el desarrollo de los acontecimientos en el país. Tanto en Bamako, como en Sikasso y Touba, estamos tranquilos”, explica uno de los misioneros salesianos que trabaja en Bamako. “Todas las actividades se pararon ayer por la mañana tras el levantamiento de los militares”, añade.
“Muchas personas salieron a la calle en la ciudad en los primeros momentos para apoyar a los militares. Pero por la tarde, se instauró un toque de queda desde las nueve de la noche hasta las cinco de la madrugada”, explican los salesianos. “Hoy, nos cuentan los misioneros, que Bamako es una ciudad fantasma. No hay gente por las calles. Las escuelas están cerradas, los comercios, los bancos, la Administración… todo está parado tras el largo día de ayer”, explica Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.
Tras el levantamiento y el cierre de fronteras impuesto por la CEDEAO, “lo que más tememos son las consecuencias de este cierre”, explican los misioneros. “Se acaban de abrir las fronteras cerradas por la COVID-19 y ahora nos preocupa que aumenten los precios de los productos básicos y el combustible”, añaden desde Mali.
Tensión política en Mali
Malí lleva años viviendo gran inseguridad por los atentados de grupos yihadistas, sobre todo en la zona norte del país, y, a ello, hay que añadir la tensión política de los últimos meses. “Parte de la población estaba pidiendo la dimisión del presidente Keita y ya hubo graves altercados a principios de julio con disturbios donde al menos 10 personas perdieron la vida”, añade Muñoz.
Los misioneros salesianos llevan trabajando en el país desde 1982 apoyando a los jóvenes más vulnerables. Hoy, contamos con escuelas de formación profesional y escuelas de secundaria en Bamako, Sikasso y Touba.
ROSA DIE ALCOLEA
Imagen: Golpe de Estado en Mali
(Foto: (C) Misiones Salesianas)