Homilía del presidente del episcopado.
(zenit – 28 julio 2020).- Con motivo del 199 aniversario de la independencia de Perú, Mons. Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, celebró ayer, 27 de julio de 2020, la Misa y Te Deum en la catedral de Trujillo.
El 28 de julio de 1821 la nación peruana alcanzaba su independencia de la monarquía española, comenzando así la historia soberana de la Independencia de Perú.
Tradicionalmente, durante todo el mes de julio y especialmente el Día de la Declaración de la Independencia en Lima) las banderas peruanas se hacen presente en todo tipo de oficinas, comercios y casas de familia.
Fiestas en pandemia
A lo largo de su homilía, monseñor Cabrejos señaló que las estas fiestas de patrias van a ser muy especiales por tres razones. La primera de ellas, el hecho de que los peruanos se encuentra “inmersos en una compleja crisis sanitaria que está causando un dolor muy fuerte en muchas familias”.
En este sentido, el prelado subraya que “la sociedad debe entender que solo queda trabajar en conjunto y cumplir las disposiciones del Gobierno, a fin de superar lo antes posible esta difícil situación”.
Año electoral
En segundo lugar, las fiestas patrias van a dar inicio a un año electoral: “El próximo año vamos a celebrar las fiestas patrias con un nuevo gobierno. Por ello, es necesario asumir responsabilidades y compromisos para que, considerando las circunstancias actuales, se pueda llevar a cabo el proceso electoral de la manera más justa y transparente. El futuro del país va a depender de la decisión que tomen millones de peruanos y peruanas”, expresó el también arzobispo de Trujillo.
“Esperamos que nuestra clase política se encuentre a la altura de las circunstancias y pueda contribuir con ideas y programas para desarrollar el país y sacar de la pobreza a millones de personas”, añadió en este punto.
Bicentenario del país
En tercer lugar, el presidente del episcopado peruano explica que la celebración de este año constituye “el preludio de las celebraciones del bicentenario del país”.
Por ello, “será de gran importancia que este año se promueva un intenso debate nacional acerca del país que queremos de cara a un nuevo siglo de vida como Estado soberano; es un buen momento para pensar qué hemos logrado y cuáles son los grandes retos que se nos vienen”.
Conversión a una “Diaconía Social”
En este contexto, monseñor Cabrejos considera que la sociedad peruana se acerca “al pensamiento del Papa Francisco, quien nos invita a una conversión de la que él llama: Diaconía Social”.
Y explicó que Diaconía Social significa “entender que tengo que servir a los demás, que no estoy sólo en el mundo, que tengo que ver lo que necesita el otro, qué necesidades materiales o espirituales necesita, y añadió que por egoísmo estamos acostumbrados a pasar cerca del que sufre y darle la espalda, sin embargo Jesús, nos pide que sirvamos a los demás como el Buen Samaritano, del cual no conocemos su nombre, un hombre anónimo que cuida al herido, que estaba en la orilla del camino”.
Servidores de los demás
En este sentido, remarcó que “al borde del camino de la vida y de la existencia. El Papa Francisco subraya que hay hombres y mujeres como nosotros, hay ancianos y niños que nos piden, con una mirada, que les demos una mano”.
Por eso, continúa, el Papa nos llama a “un proceso de conversión, a la Diaconía Social, a ser servidores de los demás”, porque “Jesús dice: ‘Ni siquiera los que han dado un vaso de agua en mi nombre quedarán sin recompensa’ (Mt 10,42)”. “El Papa nos pide tener valor y que ‘Hagamos latir nuestro corazón frente al necesitado’”, insistió.
Con el fin de lograr todo ello, “es importante la Sinodalidad: en la vida y en la política. Esto significa caminar juntos autoridades y población, clase política, sociedad”, concluyó la homilía.
LARISSA I. LÓPEZ
Imagen: Monseñor Cabrejos, presidente del Episcopado Peruano
(Foto: (C) Conferencia Episcopal Peruana)