Ciudad del Vaticano, (VIS).- Al término de su viaje, en el vuelo que lo conducía de Manila a Roma, el Papa conversó de nuevo con los periodistas que lo acompañaban en el avión. Francisco confesó que lo que más le había llamado la atención, hasta el punto de conmoverlo, habían sido los gestos de la gente. »Allí está todo -dijo- la fe, el amor, la familia, las ilusiones y el futuro… el entusiasmo verdadero, la ilusión, la alegría, la capacidad de festejar incluso bajo la lluvia». Así mismo destacó la resignación de los filipinos añadiendo que son »un pueblo que sabe sufrir».
El Pontífice habló de un posible viaje a África Central y Uganda a finales de año, y confirmó que viajará a Philadelphia, para el encuentro de las familias, a Nueva York, donde visitará las Naciones Unidas, y a Washington, donde lo más seguro es que canonice a Junipero Serra, ya que desplazarse hasta California, según confesó, es complicado por motivos tempísticos. Sobre los posibles viajes a Sudamérica, y aunque todo está aún en el aire, dijo que el próximo año podría visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Estas son algunas de las respuestas del Papa a las preguntas formuladas por los periodistas
-Sobre la pregunta de la libertad religiosa y la libertad de expresión que le hicieron en el vuelo que lo conducía de Colombo a Manila y que tanta confusión que ha creado
»En teoría, se puede decir lo que dice el Evangelio, debemos poner la otra mejilla. En teoría, podemos decir que tenemos la libertad de expresar y esto es importante. En teoría todos estamos de acuerdo, pero somos humanos, y está la prudencia, que es una virtud de la convivencia humana. Yo no puedo insultar y provocar a una persona constantemente, porque puedo conseguir que se enfade, puedo obtener una reacción que no está bien. Pero es humano. Por esto digo que la libertad de expresión debe tener en cuenta la realidad humana y hay que ser prudente. Es una forma de decir que hay que ser educado y prudente porque la prudencia es la virtud humana que regula nuestras relaciones».
-Sobre la corrupción en el mundo y en la Iglesia
»La corrupción hoy en el mundo está a la orden del día, y la actitud corrupta encuentra fácilmente sitio en las instituciones. Porque una institución tiene muchas partes. Muchos jefes, y muchos subjefes. Y es muy fácil caer en la corrupción… no pensar en la gente… ir con la persona corrupta, que hace negocios corruptos, o gobierna de manera corrupta o va a asociarse con otros para hacer un trato corrupto y roba al pueblo. La víctima es el pueblo… Hoy en día es un problema mundial… Y sobre la corrupción en las instituciones eclesiales, cuando hablo de la Iglesia me gusta hablar de los fieles, de los bautizados, de toda la Iglesia. Y ahí es mejor hablar de pecadores. Porque todos somos pecadores. Pero cuando hablamos de corrupción, hablamos o de personas corruptas o de instituciones de la Iglesia que caen en la corrupción, y existen casos… Es fácil caer en la corrupción, pero recordemos esto: ¡Pecadores si, corruptos no!, ¡Corruptos nunca!. Tenemos que pedir perdón por esos católicos, esos cristianos, que escandalizan con su corrupción. Es una plaga en la Iglesia, pero hay muchos santos, y santos pecadores, pero no corruptos».
-Sobre la Paternidad responsable
»Creo que tres es el número que dicen los técnicos que es importante para mantener la población, tres por pareja. Cuando esto desciende, sucede lo contrario, como en Italia, donde escuché – no sé si es verdad – que en 2024 no habrá dinero para pagar a los jubilados por la disminución de la población. Pero la palabra clave para responder es la que siempre utiliza la Iglesia, y la que también yo utilizo, paternidad responsable. ¿Cómo se hace esto? A través del diálogo. Todas las personas, con su pastor, deben buscar una paternidad responsable… Algunos creen – disculpad la expresión- que para ser un buen católico tenemos que ser como conejos. No. Paternidad responsable. Esto está claro, y por ello hay grupos matrimoniales en la iglesia, hay expertos en esto, están los pastores, y se busca. Yo conozco muchas maneras lícitas para conseguirlo… Por otra parte hay algo curioso que no tiene nada que ver con esto pero que está relacionado. Para las personas más pobres un hijo es un tesoro. Es cierto que hay que ser cautos. Pero para ellos un hijo es un tesoro. Dios sabe cómo ayudarles. Quizás algunos no son muy prudentes, es cierto. La paternidad debe ser responsable. Pero también hay que tener en cuenta la generosidad del padre y de la madre que ven en cada hijo un tesoro».
-Sobre la afirmación del Papa de que el mundo necesita llorar
»Una de las cosas que se pierde cuando hay demasiada bienestar o los valores no se entienden muy bien, o nos acostumbrados a la injusticia, a esta cultura del descarte, es la capacidad de llorar. Es una gracia que hay que pedir… Nosotros los cristianos debemos pedir la gracia de llorar, especialmente los cristianos acomodados, y llorar por las injusticias y los pecados. Porque el llorar te hace entender nuevas realidades o nuevas dimensiones de la realidad».
-El Papa rememora su viaje a Asia
Antes de dirigirse al Aula Pablo VI para celebrar la Audiencia general el miércoles 21 de enero el Papa, siguiendo una tradición centenaria, bendijo dos corderos en el atrio de la Domus Sanctae Marthae cuya lana se empleará para confeccionar los palios impuestos a los nuevos arzobispos el 29 de junio durante la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.
Francisco dedicó la audiencia para hablar de su viaje apostólico a Sri Lanka y Filipinas. »Conservaré siempre en el corazón -confesó- el recuerdo del festejo de la acogida por parte de la multitud». El Papa contó que el momento culminante en Sri Lanka fue la canonización del misionero Joseph Vaz. »Su ejemplo de santidad y amor al prójimo -dijo- continúa inspirando a la Iglesia de Sri Lanka en su apostolado de caridad y educación». Asimismo añadió haber indicado al santo como modelo para todos los cristianos, llamados hoy a proponer la verdad salvífica del Evangelio, en un contexto multireligioso. Sobre el encuentro con las Autoridades gobernativas dijo haber destacado la importancia del diálogo, el respeto por la dignidad humana, el esfuerzo por involucrar a todos para encontrar soluciones adecuadas para la reconciliación y el bien común.
Habló también de su encuentro con los exponentes religiosos en el que se confirmaron las buenas relaciones que ya existen entre las diferentes comunidades. »En este contexto, he querido fomentar la cooperación ya emprendida entre los seguidores de diferentes tradiciones religiosas, -añadió- con el fin de poder curar con el bálsamo del perdón a los que todavía están afligidos por los sufrimientos de los últimos años».
En Filipinas »he destacado la fecundidad constante del Evangelio y su capacidad de inspirar a una sociedad digna del hombre, en la que hay sitio para la dignidad de todos y para las inspiraciones del pueblo filipino». Reiteró que el principal propósito de la visita a Filipinas fue poder expresar su cercanía a los hermanos y hermanas que han sufrido la devastación del tifón Yolanda. Francisco también recordó a Kristel, la voluntaria que falleció a causa del mal tiempo en Tacloban. »El poder del amor de Dios, revelada en el misterio de la Cruz, se hizo evidente en el espíritu de la solidaridad mostrada por los muchos actos de caridad y sacrificio que marcaron esos días oscuros».
El Papa habló de su encuentro con las familias en Manila. »He oído que las familias con muchos hijos y el nacimiento de tantos niños es una de las causas de la pobreza. Me parece una opinión simplista. Puedo decir que la principal causa de la pobreza es un sistema económico que ha quitado del centro a la persona y ha colocado al dios del dinero; un sistema económico que excluye y que crea la cultura del descarte que vivimos… es necesario proteger a las familias que se enfrentan a varias amenazas, para que puedan ser testigos de la belleza de la familia en el plan de Dios».
Por último dedicó unas palabras a su encuentro con los jóvenes. »He querido apoyar sus esfuerzos para contribuir a la renovación de la sociedad, especialmente a través del servicio a los pobres y la protección del medio ambiente natural. El cuidado de los pobres -finalizó- es un elemento esencial de nuestra vida y el testimonio cristiano; la corrupción roba a los pobres y requiere una cultura honesta».