La Iglesia católica defendió el derecho de poder expresarse sobre la Amazonía y sus problemas y afirmó que el Sínodo sobre la región que se celebrará desde el próximo lunes hasta el 27 de octubre deberá dar soluciones «antes de que sea demasiado tarde».
«El Sínodo tendrá que indicar caminos y soluciones y no solo denunciar el mal (que aflige al Amazonas). Tengo confianza en que se encontrará un camino, porque estamos hablando de una cuestión que es una crisis mundial, una crisis grave y urgente, como dicen los científicos, y es necesario hacerlo hoy, porque más tarde será demasiado tarde», afirmó el cardenal brasileño Claudio Hummes, relator general de esta asamblea durante la presentación hoy de este evento.
Hummes intervino en la presentación por parte del Vaticano de esta asamblea de obispos, en la que participarán también cerca de 80 líderes indígenas y expertos en la materia, y defendió que la Iglesia católica forma parte de la «historia y la identidad» del Amazonas porque está presente allí desde hace cuatro siglos.
Algunas de las críticas más duras a la celebración de este Sínodo han llegados del Gobierno brasileño del presidente Jair Bolsonaro, que lo considero una injerencia en la soberanía del país.
El cardenal brasileño aseguró que se respeta la soberanía de los países, pero que ya se explicó en varias reuniones al Gobierno brasileño que la Iglesia católica tiene «una experiencia diferente a las otras instituciones». «Estamos allí y tenemos una experiencia real en la Amazonía», reiteró.
En su intervención, Hummes explicó que en el Sínodo se hablará de la crisis climática, la crisis ecológica como resultado de la degradación, la contaminación, depredación y devastación del planeta, especialmente en la Amazonía, y la creciente crisis social de una pobreza que en la Amazonía afecta especialmente a indígenas, ribereños, pequeños agricultores y aquellos que viven en las afueras de las ciudades amazónicas.
Para el secretario general del Sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, en este foro estará presente «toda la Iglesia, la que muestra su preocupación por la Amazonía: por sus dificultades, problemas, preocupaciones y desafíos».
Participarán 185 de los llamados padres sinodales, entre ellos 113 que provienen de la región Panamazónica, que ocupa un territorio de nueve naciones: Guyana Francesa, República Cooperativista de Guyana, Surinam, Venezuela, Colombia, Ecuador, Brasil, Bolivia y Perú.
Destaca la presencia de 12 invitados especiales, como el ex secretario general de la ONU Ban Ki-moon o el subdirector general del departamento de Clima, Biodiversidad, Tierra y Agua de la FAO, René Castro Salazar.
También la de representantes de indígenas como el presidente del Congreso de Organizaciones Indígenas Amazónicas (Venezuela), José Gregorio Díaz Mirabal; Patricia Gualinga, defensora del pueblo Kichwa de Sarayaku, una comunidad en la Amazonía ecuatoriana, o Tapi Yawalapoti, que representa a las 16 tribus de Alto-Xingo, en la región de Mato Grosso, en Brasil.
El número total de mujeres que participan en las obras del Sínodo es de 35 -dos invitadas especiales, cuatro expertas (dos son religiosas), y 29 auditoras, de las que 18 son monjas. Ninguna de ellas con derecho al voto.
Al respecto, y mientras en otro lugar de Roma se celebraba una rueda de prensa de una asociación de mujeres católicas para pedir el voto en el Sínodo, Baldisseri se limitó a citar los reglamentos de la asamblea que limitan la votación solo a los obispos y a quienes autorice excepcionalmente el Papa.
El Sínodo ha recibido las críticas de algunos representantes del sector más conservador de la Iglesia que consideran incluso de «herejías» algunos de los temas que se abordarán, según el documento de trabajo.
Baldisseri pidió «escuchar y no juzgar», sobre todo cuando las críticas son a un documento de trabajo, para comenzar el debate y construir desde cero el documento final”. «Esto no es un documento Pontificio», argumentó.
Uno de los asuntos de los que más se hablará y que más controversia causará, sobre todo al ser considerado un tabú por el ala conservadora, será la ordenación sacerdotal de hombres ancianos casados para poder garantizar los sacramentos en el Amazonas.
Baldisseri zanjó que es uno de los puntos del documento de trabajo -que ha sido una de las propuestas de las 80.000 personas a las que se ha consultado- y cómo tal se debatirá.
A este propósito, Hummes ya había explicado: «En el Amazonas falta la ayuda de los sacramentos, en particular de la Eucaristía. Nuestro desafío es buscar nuevas formas de llevar la Eucaristía a todas partes».
EFE
Foto: CNS