La asistencia es “un deber ineludible”.
(ZENIT).- Tras la decisión del Tribunal de Apelación de París, que ha ordenado reanudar la alimentación e hidratación de Vincent Lambert, el cardenal Kevin Farrell en representación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y la Pontificia Academia para la Vida, ha firmado y emitido un comunicado sobre el caso de Vincent Lambert.
En él, ambas instituciones declaran compartir plenamente las manifestaciones realizadas por el Arzobispo de Reims, Monseñor Éric de Moulins-Beaufort y de su Obispo auxiliar Monseñor Bruno Feillet ante el caso de Vincent Lambert.
Igualmente, reiteran que la interrupción de la alimentación y de la hidratación supone una “gran violación de la dignidad de la persona” y subrayan que el estado vegetativo, aunque grave, “no compromete de ninguna forma la dignidad de las personas que se encuentran en esta condición, ni sus derechos fundamentales a la vida y a los cuidados, entendidos como una continuidad de la asistencia humana básica”.
Además, describen que la interrupción de los consabidos cuidados básicos constituye “una forma de abandono del enfermo fundada en un juicio despiadado sobre su calidad de vida, expresión de una cultura del descarte que selecciona las personas más frágiles e indefensas sin reconocer su unicidad y su inmenso valor” y añaden que “la continuidad de la asistencia es un deber ineludible”.
Por último, manifiestan su deseo de que se encuentren “soluciones eficaces” que salvaguarden la vida de Vincent Lambert y aseguran la oración del Santo Padre y de toda la Iglesia para que así ocurra.
Imagen: Cada vida importa
(© Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida