El obispo de Cúcuta ha reconocido que hay días en los que llora por las noches. «Te duele no poder ayudar a las personas con graves enfermedades. Tenemos que ayudar este pueblo que está sufriendo. Hay que buscar una salida sin violencia y sin sangre».
Víctor Ochoa es el obispo de Cúcuta, una persona que ayuda cada día a cientos y hasta miles de personas en la frontera entre Colombia y Venezuela. Les da de comer, les apoya moralmente y es una figura muy importante en la labor de ayuda humanitaria que se está llevando acabo en esta zona. Monseñor Ochoa ha comenzado la entrevista con Ángel Expósito de forma estremecedora. Ha calificado el panorama venezolano como «un drama dantesco, es como la puerta del infierno».
Enfermedades como la lepra o la sarna han vuelto a resurgir, explica el obispo: «Por falta de jabón, es terrible». La situación en Venezuela es de elevada tensión y considera el obispo que «en este país las personas sencillas y comunes necesitan el alimento para poder vivir. Necesitan la atención médica y las medicinas».
El obispo de Cúcuta ha reconocido que hay días en los que llora por las noches. «Te duele no poder ayudar a las personas con graves enfermedades. Tenemos que ayudar este pueblo que está sufriendo. Hay que buscar una salida sin violencia y sin sangre».
«Venezuela es un país muy rico, por eso existe este conflicto. Tenemos que tener esperanza para que esto se solucione», ha concluido el obispo de Cúcuta.
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Cope