El arzobispo Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede en la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra intervino el pasado 13 de noviembre en el encuentro anual de los Estados Partes en la Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados (CAC).
El prelado en su intervención, presentó tres cuestiones a considerar por la CAC. En primer lugar habló del trabajo sobre los sistemas de armas letales autónomas. »Es necesario un enfoque global: científico, jurídico, cultural, económica, ético y humanitario. La Santa Sede ha expresado su posición sobre la cuestión durante la reunión informal… Sin embargo, deseo reiterar nuestro deseo de que el mandato relacionado con tales cuestiones sea renovado teniendo en cuenta la importancia de mantener un registro oficial de las declaraciones, documentos, debates y discusiones».
La segunda cuestión fue el uso de armas explosivas en áreas pobladas. »¿Cómo proteger a la población civil si con la creciente urbanización de la población mundial, la tendencia de las guerras urbanas aumentará?», se preguntó el arzobispo, planteando el argumento de si es suficiente el actual derecho humanitario internacional para salvaguardar las infraestructuras civiles, indispensables para la subsistencia de grandes comunidades. »La verdad que se desprende de las observaciones y los datos disponibles en la actualidad -dijo- es que los civiles son las principales víctimas de los conflictos». Y recordando la carencia de protección de millones de refugiados y personas desplazadas, en su mayoría civiles, entre ellos muchas mujeres y niños, la destrucción total o parcial de muchas ciudades, la alteración total de la vida social, académica, económica y política, el endurecimiento de los sentimientos de odio y de venganza, afirmó que a veces parece »difícil, el incluso imposible, restaurar la paz y la reconstrucción nacional». Por eso el prelado sugirió añadir esta cuestión en el orden del día de la CAC.
Por último, mencionó el uso de los drones armados destacando que la CAC debe tratar este tema de manera adecuada ya que »estamos asistiendo a una cierta proliferación de esta tecnología y a su uso cada vez mayor en varios conflictos… El hecho de no hacer frente a los problemas en el momento adecuado puede tener consecuencias desastrosas y convertirlas en situaciones intratables, como lo demuestran las experiencias en otras áreas». Mons. Tomasi concluyó reiterando que »la CAC todavía tiene tiempo para interesarse por los drones antes de que se conviertan en otra fuente de gran inestabilidad, mientras que la comunidad internacional necesita más que nunca la estabilidad, la cooperación y la paz».