“¿Confiamos en Jesús o tenemos miedo?”
Pedro Guevara Mann fue Director Artístico de la JMJ Toronto 2002 y va a compartir un poco de su experiencia con la JMJ – Jornada Mundial de la Juventud – y explicarles un poco del por qué de la JMJ. Pedro es panameño y diácono permanente en la arquidiócesis de Toronto, en Canadá donde trabaja como productor de TV para Salt + Light Catholic Television. @deaconpedro.
Después de la JMJ 2002 en Toronto, en el 2005, la JMJ regreso a Europa, a Colonia, Alemania. Esta fue la primera JMJ del Papa Benedicto. Para este entonces, la JMJ ya es un evento establecido. Para mí, Toronto fue de cierto modo la JMJ que lo unió todo. El aspecto de servicio fue importante, pero aun faltaba algo.
Tradicionalmente, la Vigilia del Sábado era una celebración y una oportunidad para que los jóvenes estuvieran con el Santo Padre. En Toronto hicimos eso, pero hicimos que el centro de la celebración fuera la Oración de la Tarde, las vísperas del oficio de la Iglesia.
En las ultimas 5 JMJs, Colonia 2005, Sídney 2008, Madrid 2011, Rio de Janeiro 2013 y Cracovia 2016, todos estos elementos de los que hemos estado hablando se incorporaron muy bien: Viajamos como peregrinos, junto a María y a los santos, bajo la Cruz, en espíritu de reconciliación y servicio, para encontrarnos con el Santo Padre y la Iglesia institucional, para aprender acerca de nuestra fe y para conectarnos con y celebrar nuestra fe, y para adorar.
Hace casi 34 años que San Juan Pablo II le entregó la Cruz a los jóvenes del mundo. Hace año y medio que cientos de miles de jóvenes viajaron a Cracovia, la ciudad de los santos y lugar donde Karol Wojtyłapasó tantos momentos con los jóvenes de su ciudad. Tantos jóvenes han, a través de los años, estado diciendo si al llamado de ser santos.
Y en Panamá, dentro de unos meses, cientos de miles más irán a decir si como María a “que se haga en mí según Su palabra.”María es la que nos enseña a decirle si a la santidad. Es María la que nos lleva de la mano hacia su hijo, Jesús.
Ser santo no quiere decir que no te equivocas o que no pecas. No quiere decir que tienes que ser monja o cura o que tienes que fundar una congregación religiosa. Ser santo es simplemente seguir a Jesús, tratar de llegar al cielo y ayudar a otros a llegar al cielo. Jesús ya nos dijo que como conseguirlo: Sígueme. Es algo que todos podemos hacer.
Y si lo hacemos, o tratamos de hacerlo, nos daremos cuenta que ya no sólo somos los discípulos que seguimos a Jesús, sino apóstoles que Jesús envía.
Esto es lo que pasa en la JMJ: Uno llega como discípulo y al encontrarnos con Jesús, regresamos enviados, como apóstoles, a compartir la experiencia con nuestra familia, nuestros amigos, y todos los que encontramos a diario.
Pero la buena noticia es que no hay que ir a la JMJ para tener un encuentro con Cristo. No hay que ir a Toronto para ser sal de la tierra y luz del mundo. No hay que ir a Colonia para adorarlo, ni a Sídney para recibir el poder del Espíritu. No hay que ir a Madrid para ser firmes en la fe, ni a Rio de Janeiro para ser enviados a hacer discípulos de todas las naciones. Tampoco hay que ir a Cracovia para recibir y dar misericordia y de seguro, no hay que ir a Panamá para decir si como María. Todas esas cosas las podemos ser y hacer en la casa, en el trabajo y en nuestra comunidad.
Puede que nunca vayas a una JMJ pero, ¿estás dispuesto o dispuesta a que Jesús te llame a ser apóstol?
Juan Pablo II comenzó su Pontificado con estas palabras que ahora son famosas: “No tengan miedo.” No tengan miedo. Benedicto XVI, también terminó su primera homilía dedicando a los jóvenes, estas palabras: “¡No tengan miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo”.
Francisco también nos dijo al prepararse para la JMJ de Cracovia, “¡Vayan a Él y no tengan miedo! Vengan para decirle desde lo más profundo de sus corazones: “¡Jesús, confío en Ti!”.
¿Confiamos en Jesús o tenemos miedo?
¿Estamos dispuestos a ser santos y santas?
No tengamos miedo de ir hacia a Cristo y decir junto a María, decir SI a lo que somos.
Imagen: Jóvenes Chilenos presentan las ofrendas
en la Misa de la JMJ en Limanowa, Polonia
(Foto Arzobispado De Chile).