El Campus de Montepríncipe de la Universidad CEU San Pablo ha acogido durante los días 14, 15 y 16 de noviembre la XVI edición del Congreso Católicos y Vida Pública, organizado bajo el título “La familia siempre: desafíos y esperanza”.
En el Año Internacional de la Familia y en un momento en el que la familia está viviendo nuevos desafíos como consecuencia de la actual y generalizada crisis económica, social y de valores, el Congreso Católicos y Vida Pública ha profundizado en esta institución, núcleo vital de la sociedad.
Numerosos profesores y alumnos de la Universidad han participado en este encuentro organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Además, participaron en el Congreso, entre otros, el Nuncio Apostólico de Su Santidad en España, Renzo Fratini -que inauguró el Congreso-; el exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco; la presidenta de ‘La Manif pour tous’, Ludovine Dutheil de La Rochère; la exministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino; el embajador de España Inocencio Arias; el exministro de Desarrollo Social de Chile, Bruno Baranda; el obispo de Bilbao, Mario Iceta; el diputado del PP en la Asamblea de Madrid Pedro Núñez Morgades; y el senador del PP y presidente de Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia, Ángel Pintado.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española y Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, clausuró el Congreso señalando que “el tema escogido en el Congreso no se trata solo de una repetición de la doctrina del Papa Benedicto XVI, sino también de reflejar los problemas que afectan a la familia”. Asimismo, Blázquez ha manifestado su gratitud por la vocación del matrimonio y de la familia en la doctrina cristina, ya que según ha subrayado “existe una gran desinstitucionalización del matrimonio”.
El Congreso finalizó con la lectura de un Manifiesto en favor de la familia.
Manifiesto
La Asociación Católica de Propagandistas y su obra la Fundación Universitaria San Pablo-CEU organizadoras de los Congresos “Católicos y Vida Pública”, al término del Decimosexto Congreso titulado “La familia siempre. Desafíos y esperanza” quiere manifestar que ha sido la situación actual que hoy vive la institución familiar en el ámbito de lo social, cultural, político, económico y religioso, lo que nos ha llevado a elegir “la familia” como tema central de este Congreso, con la idea de analizar los problemas a los que se enfrenta y el deseo de ofrecer propuestas generadoras de esperanza.
Tras la conclusión del Congreso, manifestamos lo siguiente:
PRIMERO
Afirmamos que la familia es la unión y comunión de dos personas, hombre y mujer, comprometidos en el proyecto de formar un hogar donde brote el don de la vida a través de los hijos. Es en la familia donde se quiere a la persona tan sólo por ser, y por ello es la principal institución que garantiza el soporte de los miembros más desfavorecidos o dependientes: niños, discapacitados, mayores o, como ocurre hoy en día, los desempleados.
SEGUNDO
Reconocemos a la familia como la principal escuela de humanidad donde los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos, transmisores de principios, valores y virtudes. Se ha de facilitar este derecho-deber educativo de los padres, para que estos puedan elegir los centros docentes cuyo ideario garantice también la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
TERCERO
Denunciamos la intromisión del Estado en la educación afectivo-sexual de los niños y jóvenes, mediante la infiltración en los ámbitos educativos de la «ideología del género», que pretende diseñar la sexualidad y su ejercicio al margen de los referentes de la antropología adecuada e integral.
CUARTO
Hacemos nuestras las palabras del Papa Francisco cuando dice que “El aporte indispensable del matrimonio a la sociedad supera el nivel de la emotividad y el de las necesidades circunstanciales de la pareja” (Evangelii Gaudium, 66) Por ello, denunciamos la falta de políticas familiares justas y adecuadas en nuestra sociedad, donde prima una concepción materialista que excluye de la vida social la búsqueda de los valores y dimensiones de trascendencia propias del ser humano.
Es evidente que la familia necesita una atención prioritaria por parte de los gobiernos, las administraciones e instituciones públicas en el marco de su defensa y necesidades como son: la conciliación trabajo-familia, la protección de la vida y la educación.
Todo lo cual nos lleva a exigir de las administraciones públicas lo siguiente:
1.- Legislaciones para la familia congruentes con su verdadera identidad.
2.- Políticas sociales de ayudas a las familias con especiales dificultades, como la viudedad, la separación conyugal, la discapacidad, ancianidad o enfermedad de alguno de sus miembros.
3.- Una política laboral que permita a los matrimonios jóvenes afrontar el futuro con seguridad, a las mujeres ser madres, a los hombres ser padres y tanto a madres como padres, cuidar de sus hijos y dedicar tiempo a la convivencia familiar.
4.- Leyes que defiendan la vida del no nacido desde el mismo instante de su concepción hasta el momento de su muerte natural.
Ante los graves problemas a los que se enfrentan hoy en día las familias, queremos manifestar nuestra admiración por la fidelidad generosa de tantos matrimonios que viven estas pruebas con fortaleza, entrega, fe y amor. Así como por el testimonio de unión y ayuda mutua que demuestran cada día, abuelos, hermanos, tíos y primos, toda la familia.
Queremos también expresar nuestra cercanía y comprensión a las familias desunidas y rotas, cuyos miembros sufren con frecuencia la falta de confianza y apoyo.
Dios mismo, en su Trinidad Santa, se nos ha revelado como familia de amor, y hemos comprendido que el matrimonio y la familia son la imagen del amor de Dios. Así nos lo recuerda el Papa Francisco en sus catequesis: “cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del Matrimonio, Dios, por decirlo así, se “refleja” en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor”.
Recurrimos a la intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret para que la Iglesia en España, y en todas las naciones de la tierra, pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia”.