Mons. Osoro participó en el Encuentro celebrado en Bolonia
(ZENIT).- El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, anunció el martes 16 de octubre que Madrid acogerá el próximo Encuentro Internacional de Oración por la Paz en el Espíritu de Asís, impulsado por la Comunidad de Sant’Egidio. Lo hizo en la clausura de la edición de este año, celebrada con el lema Puentes de Pazen Bolonia (Italia).
Durante el acto de clausura se pudo escuchar al arzobispo de Bolonia, monseñor Matteo Zuppi; al presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, Marco Impagliazzo; al obispo de Haimen (China), monseñor Joseph Shen Bin, y a Bernice A. King, pastora bautista e hija de Martin Luther King.
Después, se procedió a la lectura del Llamamiento de Paz 2018, en el que se subraya que las religiones pueden y deben ser fundamentales en la construcción de un mundo en paz: «Las religiones tienen ante sí varias posibilidades: trabajar por la unificación espiritual que ha faltado hasta el momento en la globalización y trabajar por un destino común de la humanidad, o dejarse llevar y terminar siendo utilizadas contra la globalización, sacralizando fronteras, diferencias, identidades y conflictos, o quedarse encerradas en sus recintos ante una globalización plenamente económica».
Durante tres días, representantes de las distintas religiones abordaron cuestiones como las guerras olvidadas, la crisis de Europa, las desigualdades que genera la globalización, el desarrollo sostenible, el desarme, la pobreza, el futuro de los jóvenes o la migración, al tiempo que profundizaron en las figuras de Martin Luther King, san Juan Pablo II o san Óscar Romero.
Papa Francisco: «No podemos dejar que la indiferencia domine a los hombres»
En un mensaje destinado a los participantes, el Papa Francisco celebra la iniciativa de Sant’Egidio y la diócesis de Bolonia, y recuerda que «el título que se ha elegido para este año –Puentes de Paz– evoca la singular arquitectura de pórticos típica de Bolonia» y «es una invitación a crear conexiones que desemboquen en encuentros reales, lazos que unan, itinerarios que ayuden a superar conflictos y asperezas».
«En el mundo globalizado –prosigue el Pontífice–, donde por desgracia parece cada vez más fácil excavar distancias y cerrarse en los intereses particulares, estamos llamados a trabajar juntos para unir a personas y a pueblos. Es urgente elaborar juntos recuerdos de comunión que curen las heridas de la historia, es urgente tejer tramas de pacífica convivencia para el futuro».
En este sentido, el Papa incide en que «no nos podemos resignar al demonio de la guerra, a la locura del terrorismo, a la fuerza engañosa de las armas que devoran la vida», ni dejar «que la indiferencia domine a los hombres, haciéndolos cómplices del mal, de aquel mal terrible que es la guerra, cuya crudeza pagan sobre todo los más pobres y los más débiles».
«No podemos eludir nuestra responsabilidad de creyentes, llamados, aún más en la actual aldea global, a preocuparnos por el bien de todos y no conformarnos con estar nosotros en paz. Las religiones, si no siguen caminos de paz, se contradicen. No pueden más que construir puentes en nombre de Aquel que no se cansa de unir el Cielo y la tierra. Nuestras diferencias no deben ponernos a unos contra otros. El corazón de quien cree de verdad exhorta a abrir, siempre y en todas partes, caminos de comunión», asevera.