Durante el viaje de regreso a Roma desde Estonia, el Papa también se refirió a los casos de abusos sexuales y dijo que comprende que los jóvenes se escandalicen de los abusos sexuales» de sacerdotes
Durante el vuelo de regreso de Estonia a Roma el martes, el Papa Francisco ha calificado de «monstruosidad» los abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes y, por eso, «comprende que los jóvenes se escandalicen de esta corrupción tan grande. Saben que sucede por todas partes, pero en la Iglesia es más escandaloso».
Comentando con los periodistas el informe del gran jurado de Pensilvania, Francisco ha hecho notar que los nuevos casos se han reducido drásticamente «desde el momento en que la Iglesia se ha esforzado en serio» en erradicar esta plaga.
Con todas las cautelas, ha añadido que en el pasado no solo había encubrimiento de esos delitos en la Iglesia, sino que «se ocultaban los casos como el del tío que violaba la sobrina o el padre que violaba al hijo. Cada hecho histórico debe interpretarse con la hermenéutica de su época, y no con la de hoy. Lo mismo sucede respecto al indigenismo o a la pena de muerte. En el Estado Vaticano antes había pena de muerte y ejecuciones».
El Papa ha comentado que «en los últimos tiempos ha recibido de la Congregación para la Doctrina de la Fe muchas condenas de sacerdotes (por abusos), y ha dicho ‘adelante’ a todas. No ha aprobado ninguna petición de clemencia. ¡Con esto no se negocia!».
Acuerdo con China
Respecto al acuerdo firmado el sábado con China sobre el nombramiento de obispos, Francisco ha precisado que «ha sido un trabajo de diez años, no es una improvisación, ha sido un camino. Cuando se llega a un acuerdo, de paz, se cede por ambas partes»
El Santo Padre ha asegurado que« el acuerdo lo ha firmado él en el sentido de que ha autorizado los términos y firmado las cartas de mandato». «Yo soy el responsable», ha dicho.
El Papa comprende el «sufrimiento» por parte de algunos miembros de la Iglesia «clandestina» que ven el acuerdo como una concesión excesiva al gobierno chino, pero ha invitado a tener en cuenta que «en América Latina, durante 350 años los reyes de Portugal y España nombraban los obispos. Y lo mismo en el imperio Austro-húngaro. Pero en realidad es un diálogo sobre los candidatos, y los obispos los nombra el Papa».
En el contexto de la tensión militar a que están sometidos los tres países bálticos que ha visitado desde el sábado y otras zonas de conflicto, Francisco ha comentado que «la industria, el comercio y el contrabando de armamentos es una de las corrupciones mas graves. La defensa del propio país es lícita, y es incluso un honor. El problema se plantea cuando se amenaza a los demás, no solo en Europa».
Francisco, conmovido por el viaje
El Papa ha revelado que el domingo «se sentía destruido» después de su visita al Museo de la Ocupación de Vilna, donde ha visto «celdas de tortura en las que se podía estar solamente en pie o donde se vertía agua sobre los prisioneros desnudos y se les dejaba a al frio del invierno, o la cámara de ejecuciones, donde mataban cada día hasta cuarenta personas de un tiro en la nuca, las sacaban con una cinta mecánica a un camión y las tiraban al bosque».
Ese mismo día se había conmovido también con las visitas al antiguo Gueto, escenario de la matanza de decenas de miles de judíos y el monumento a los lituanos deportados a Siberia, que fueron mas de cien mil.
En conjunto, Francisco regresaba del viaje a Lituania, Letonia y Estonia, impresionado por la resistencia de la gente a lo largo de muchas décadas de invasiones, y optimista respecto a la capacidad de esos países para resolver sus problemas y transmitir tanto la fe como la identidad nacional a la siguiente generación.
Juan Vicente Boo/ABC
(Foto: CNS)