Las palabras de Francisco, que no aludió a ningún país en concreto, llegan en un momento de tensión entre los países bálticos y Rusia
Último acto del Papa en su viaje a los países bálticos. Tuvo lugar en Estonia, en el Parque de la Libertad de Tallin, ante unos 10.000 fieles. Allí celebró una Misa en la que denunció a quienes miden la fuerza de su pueblo con «amenazas de armamento, despliegue de tropas, estrategias…».
Las palabras de Francisco, que no aludió a ningún país en concreto, llegan en un momento de tensión entre los países bálticos y Rusia, el poderoso vecino que tanto les inquieta.
Estonia denuncia las continuas amenazadas bélicas por parte de Rusia y el temor ha crecido aún más en los últimos tiempos tras la anexión de la Crimea ucraniana por Rusia en 2014 y ha pedido, junto a Letonia y Lituania, una mayor presencia de los contingentes de la OTAN.
En su homilía en esta pequeña plaza, Francisco comparó el duro camino hacia la independencia de Estonia -de la Rusia de los zares, de la que se cumplen 100 años, y la de hace 27 años de la Unión Soviética-, con la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.
También habló de aquellos que «viven sin Dios» en un país donde viven solo 6.000 católicos, que suponen el 0,5 % de la población, y donde un 75 % de la población se declara no creyente.
«Algunos se consideran libres cuando viven sin Dios o al margen de él. No advierten que de ese modo transitan por esta vida como huérfanos, sin un hogar adonde volver. Dejan de ser peregrinos y se convierten en errantes, que giran siempre en torno a sí mismos sin llegar a ninguna parte», señaló.
A los fieles les dijo que no han conquistado su libertad «para terminar esclavos del consumo, del individualismo o del afán de poder o dominio» y que es Jesús quien puede rellenar «de plenitud» la vida.
«Tenemos que perder el miedo y salir de los espacios blindados, porque hoy la mayoría de los estonios no se reconocen como creyentes», animó.
Tras concluir la Misa, el Pontífice se dirigió al aeropuerto y ya vuela de regreso a Roma.
EFE/Alfa y Omega (Foto: REUTERS/Vatican Media)