El domingo 26 de agosto, el Papa Francisco dio una conferencia de prensa en el avión que lo llevó de regreso a Roma, luego de haber visitado Irlanda para participar en el Encuentro Mundial de las Familias.
Greg Burke: Buenas noches Santo Padre, gracias por este tiempo que nos dedica después de dos jornadas muy intensas. Ciertamente hubo momentos muy difíciles como el caso de los abusos, pero también momentos muy bellos, la Fiesta de las Familias, los testimonios, el encuentro con las parejas de jóvenes, y también la visita a los capuccinos que ayudan a los pobres. Podemos pasar la palabra a los periodistas y comenzar con los irlandeses.
Papa Francisco:
Agradezco porque si yo me he cansado, pienso en ustedes que tienen trabajo, trabajo, trabajo. Agradezco mucho su esfuerzo.
Tony Connely Radio Televisión Irlandesa:
Su Santidad, usted habló el sábado sobre la reunión que tuvo con la ministra para los niños. Usted habló de lo emocionado que estuvo por lo que ella dijo sobre los hogares Madres e Hijos. ¿Qué dijo ella exactamente? ¿Le sorprendió porque era la primera vez que usted oía hablar de estas casas?
Papa Francisco:
La ministra me ha dicho primero una cosa que no era tanto sobre madres e hijos. Me dijo brevemente «Santo Padre, hemos encontrado fosas comunes de niños, niños enterrados. Estamos investigando. La Iglesia tiene algo que ver en esto», pero lo ha dicho con mucha educación y la verdad con mucho respeto. Le agradecí a tal punto que esto me ha tocado el corazón, y por eso quise repetirlo en el discurso…y no era en el aeropuerto, me he equivocado, era del presidente, en el aeropuerto estaba otra señora ministra y me he equivocado ahí. Pero ella me ha dicho «después le enviaré un memo». Me ha enviado el memo. No he podido leerlo. He visto que era un memo. Pero fue muy equilibrada en decirme «hay un problema, todavía no ha terminado la investigación» pero ha hecho sentir que la Iglesia tenía algo que ver. Para mí este fue un ejemplo de colaboración constructiva, también de –no quiero decir la palabra protesta-, sino de lamento. De lamento por aquello que en un tiempo quizás la Iglesia había ayudado. Esa señora era de una dignidad que me ha tocado el corazón. Y ahora tengo el memo ahí y lo estudiaré cuando llegue a casa.
Patrick Agnew, Sunday Independent:
Santo Padre, gracias y buenas noches. Ayer Marie Collins, la víctima Marie Collins que conoce bien, dijo que usted no está a favor de nuevos tribunales de investigación vaticana sobre los problemas de abusos, nuevas investigaciones sobre el problema de los abusos sexuales, y en particular sobre un tribunal para que investigue a los obispos, la responsabilidad del obispo. ¿Por qué considera que esto no sea necesario?
Papa Francisco:
No, no es así, Marie Collins está un poco fijada en la idea de que salió, yo estimo mucho a Marie Collins, de las veces que la llamamos al Vaticano para que dé conferencias. Ella está fijada sobre la idea de aquel escrito (motu proprio Madre amorevole del 2016) “Madre Amorosa”, en el cual se decía que para juzgar a los obispos sería bueno o se haría un tribunal especial. Después se ha visto que esto no era viable y también que no era conveniente por las diversas culturas de los obispos que deben ser juzgados. Se toma la recomendación de “Madre Amorosa” y se forma el jurado para cada obispo, pero no es lo mismo. Este obispo es juzgado y el Papa hace un jurado que sea muy capaz para tomar ese caso. Es una cosa que funciona mejor, y también porque no todos los obispos, un grupo de obispos, dejar la diócesis no es posible. Así los tribunales, los jurados, cambian. Y así habíamos hecho hasta ahora. Fueron juzgados varios obispos.
Lo último fue lo de Guam. El Arzobispo de Guam que ha apelado. He decidido, porque es un caso muy, muy difícil, de usar un privilegio que tengo, de tomar yo la apelación y no mandarlo al consejo de apelaciones que hace el trabajo con todos los sacerdotes. Lo he tomado yo, he creado una comisión de canonistas para que me ayuden y me han dicho que cuando retorne, en un mes máximo estará lista la recomendación para que yo dé el fallo. Es un caso complicado de una parte, pero no difícil, porque las evidencias son clarísimas. Hablando de las evidencias, son claras. Pero no puedo prejuzgar. Espero el informe y luego fallaré. Digo que las evidencias son claras porque son estas evidencias las que han llevado al primer tribunal a dar la condena. Este ha sido el último caso. Ahora hay otro en curso. Veamos cómo terminará. Pero que quede claro, le he dicho a Marie, el espíritu y la recomendación de “Como una madre amorosa” se hace. Un obispo va juzgado por un tribunal, pero no es siempre el mismo tribunal porque no es posible. Ella no ha entendido bien eso, pero cuando la vea porque ella viene a veces al Vaticano, la llamaremos, y le explicaré más claro. Yo la quiero mucho.
Stefania Falasca, Avvenire:
Usted ha dicho también hoy que es siempre un reto acoger al inmigrante y al extranjero. Justo ayer se ha resuelto un caso doloroso, de la nave Diciotti. Está su mano detrás de esta solución, ¿está involucrado?
Papa Francisco:
Aquello de acoger a los inmigrantes es una cosa tan vieja como la Biblia. En el Deuteronomio, en los mandamientos, Dios manda esto de acoger a los inmigrantes, al extranjero. Cosa vieja, que está en el espíritu de la revelación pero también en el espíritu del Cristianismo. Es un principio moral. Luego, sobre esto he hablado, luego he visto que debía explicar un poco más porque no es un acoger a la “bella estrella”, ¡no! Es un acoger razonable. Pero esto va en toda Europa, y ¿cuándo me he dado cuenta de cómo deber ser este comportamiento razonable? Cuando el atentado de Zaventem que los chicos, los guerrilleros que han cometido el atentado de Zaventem eran belgas, hijos de emigrantes, no integrados, ¡sino en guetos!
Es decir, fueron recibidos por los países y dejados ahí, y han hecho un gueto, no fueron integrados. Por esto he subrayado esto, importante. Luego he recordado cuando fui a Suecia, y la Franca (Giansoldati, Vaticanista de Il Messaggero, nota del editor) en un artículo ha hecho mención de esto, de cómo expliqué este pensamiento, y cuando fui a Suecia, lo sabía, hablé sobre la integración, cómo era, porque lo sabía, porque durante la dictadura en Argentina, de 1976 a 1983, tantos, tantos argentinos y también uruguayos huyeron a Suecia y el gobierno los recibía, les hacía estudiar el idioma, les daba trabajo y los integraba.
Esta es una anécdota interesante, la señora ministra que vino a recibirme al aeropuerto de Lund, era hija de una sueca y de un migrante africano. Pero este migrante africano fue integrado a tal punto que la hija se convirtió en ministra del país. Suecia es un modelo…pero en aquel momento Suecia empezaba a tener dificultades, no porque no tuviese buena voluntad para esto, sino porque no tenía la posibilidad de la integración. Este fue el motivo por el cual Suecia se paró un poco. Después de este paso de integración. Y después he hablado aquí en una conferencia de prensa entre ustedes de la virtud de la prudencia, que es la virtud del gobernante.
Hablé de la prudencia de los pueblos, sobre el número o sobre las posibilidades. Un pueblo que puede recibir pero no tiene la posibilidad de integrar, mejor no recibir. Ahí está el problema de la prudencia. Y creo que esta es la médula del diálogo hoy en la Unión Europea…se debe continuar el diálogo, las soluciones se encontrarán.
¿Qué sucedió con la (nave de inmigrantes) Diciotti? Yo no metí la mano ahí, quien hizo el trabajo con el ministro del Interior fue el P. Aldo (Bonaiuti, nota del editor), el gran P. Aldo que continúa la obra de don Benzi, que los italianos conocen bien, que trabajan en el liberación de las prostitutas, aquellas que son explotadas. También entró la Conferencia Episcopal Italiana. El Cardenal Bassetti que estaba aquí, pero al teléfono, guiaba todo el trámite y uno de sus subsecretarios, P. Maffeis negociaba con el ministro. Y creo que entro Albania, tuvo un número Albania, Irlanda, y Montenegro, creo que no…no estoy seguro. Los demás los ha tomado la Conferencia, pero no sé si bajo el paraguas del Vaticano o no, no sé cómo se negoció, y van a Mondo Migliore a Rocca di Papa, serán acogidos ahí. El número creo que es más de 100 y ahí comenzarán a aprender el idioma y a hacer el trabajo que se hizo con los inmigrantes integrados. Tuve una experiencia para mí muy gratificante cuando fui a (la universidad) Roma Tre, estaban los estudiantes que querían hacerme preguntas, y vi a una estudiante que “esta cara la conozco”, y era una que vino conmigo, entre los 13 que traje de Lesbos. Y aquella muchacha estaba en la universidad, porque san Egidio, al día siguiente, a la escuela, a estudiar. La ha integrado al nivel universitario. Este es el trabajo con los migrantes. Está la apertura del corazón para todos, sufrir, después la integración como condición para acoger y además la prudencia de los gobernantes para hacer esto. Yo he visto en un film clandestino qué sucede a aquellos que son regresados, que son retomados por los traficantes. Doloroso, las cosas que hacen a los hombres, a las mujeres y a los niños. ¡Fuera! ¡Los venden! Pero a los hombres les hacen las torturas más sofisticadas. Hay alguien que fue capaz, un espía, de hacer este film que he enviado a mis subsecretarios de inmigración.
Por esto, para mandarlos de regreso se debe de pensar bien, bien. Luego, una última cosa: hay migrantes que vienen, pero también están los que vienen engañados a Fiumicino. Vienen engañados y terminan siendo esclavizados. Bajo amenaza de los traficantes de mujeres. Esto.
Anna Matranga, CBS:
Buenas tardes Santo Padre. Volveré al argumento de los abusos del que ya ha hablado, Esta mañana salió un documento del Arzobispo Carlo María Viganó, en el que dice que en el 2013 el conversó personalmente con usted en el Vaticano y que en este coloquio hablaron explícitamente del comportamiento y los abusos sexuales del excardenal McCarrick. Quiero preguntar si esto es cierto. Quiero preguntar además otra cosa. El Arzobispo dijo que el Papa Benedicto había sancionado a McCarrick, que le dijo que no podía vivir en un seminario ni celebrar misas en público ni viajar. Estaba sancionado por la Iglesia. ¿Puedo preguntarle si estas dos cosas son verdaderas?
Papa Francisco:
Una cosa, yo preferiría… yo responderé a su pregunta, pero preferiría que primero habláramos sobre el viaje y luego de los otros temas, me he distraído con Estefania, pero ahora respondo.
He leído esta mañana ese comunicado, lo he leído y diré sinceramente que debo decirles esto, a usted y a todos los que están interesados: lean ustedes atentamente el comunicado y hagan ustedes su propio juicio. Yo no diré una palabra sobre esto, creo que el comunicado habla por sí mismo y ustedes tienen la capacidad periodística suficiente para sacar sus conclusiones. Es un acto de confianza.
Cuando pase algo de tiempo y ustedes tengan las conclusiones tal vez hablaré… pero yo quisiera que vuestra madurez profesional haga este trabajo. Hablamos luego, ¿está bien?
Anna Matranga, CBS:
Marie Collins ha dicho después de encontrarse con usted, que habló directamente con usted sobre el excardenal McCarrick, que usted fue muy duro en su condena a McCarrick. ¿Cuándo fue la primera vez que usted escuchó hablar de los abusos cometidos por el excardenal
Papa Francisco:
Esto es parte del comunicado de McCarrick. Estudien y luego diré. Como yo ayer no he leído me he permitido hablar claro con Marie Collins y el grupo. Ha sido realmente una vergüenza, una cosa que he sufrido mucho. Yo creo que se quería hacer esto, la escucha a estas ocho personas.
De esta reunión ha salido la propuesta, que la he hecho yo pero que ellos la han aceptado y me han ayudado a hacerla, de pedir perdón hoy en la Misa pero sobre cosas concretas. Por ejemplo la última de la que yo nunca había escuchado, estas madres… que se les llamaba la lavandería de las mujeres. Cuando una mujer estaba embarazada y no estaba casada e iba al hospital, o al sitio que no sé cómo se llamaba, escuela, las hermanas le decían algo y luego le daban los niños a la gente en adopción. Había dos hijos de ese tiempo que buscaban a las madres, que estaban vivas, les decían que era pecado mortal esto.
Por ello he terminado hoy diciendo que esto no es pecado mortal, sino el cuarto mandamiento. Y las cosas que hoy he dicho algunas no las sabía. Ha sido para mí doloroso pero también con el consuelo de poder ayudar a clarificar estas cosas. Espero su comentario sobre el documento, me gustaría, gracias.
Cécile Chambraud, Le Monde:
Buenas tardes Santo Padre. Espero que no le moleste si hago mi pregunta en español y le pido responder en italiano. En su discurso a las autoridades de Irlanda se refirió a su reciente carta al pueblo de Dios en la que llama a todos los católicos a tomar parte en la lucha contra los abusos en la Iglesia. ¿Puede detallarnos lo que los católicos pueden hacer en su lugar para luchar contra los abusos? En este tema, en Francia, un sacerdote ha iniciado una petición para que renuncia el Cardenal Barbarin, acusado por víctimas. ¿Le parece adecuada esta iniciativa o no?
Papa Francisco:
Si hay sospechas o pruebas o medias pruebas no veo nada de malo en hacer una investigación, siempre que se haga sobre el principio jurídico fundamental, nemo malus ni si probetur, ninguno es malo si no se prueba. Muchas veces existe la tentación no solo de hacer la investigación, sino de publicar que se ha hecho la indagación y porque es culpable… y así algunos medios, no el suyo, comienzan a crear un ambiente de culpabilidad. Y yo me permito decir una cosa que ha sucedido en estos tiempos que podrá ayudar a esto porque para mí es importante cómo se procede y cómo los medios pueden ayudar.
Hace tres años, más o menos, se comenzó en Granada el problema de los así llamados sacerdotes pedófilos, un grupo de siete, ocho o diez sacerdotes, acusados de abuso de menores y también de hacer fiestas, orgías, estas cosas.
La acusación la he recibido yo directamente. Una carta escrita por un joven de 23 años, según él fue abusado. Daba el nombre y todo. Era un joven que trabajaba en un colegio religioso de Granada de mucho prestigio. La carta era perfecta y me preguntaba qué hacer para denunciar esto. Yo le dije anda donde el arzobispo y él sabe qué cosa debes hacer. El arzobispo ha hecho todo lo que debía hacer y la cosa llegó a los tribunales civiles y se dieron los dos procesos.
Los medios comenzaron a hablar y tres días después escribieron que “en la parroquia hay tres sacerdotes pedófilos” y cosas por el estilo. Así se ha creado la conciencia de que estos sacerdotes eran criminales: siete fueron interrogados y no se les encontró nada. Con tres siguió la investigación y se quedaron en la cárcel dos por cinco días; y uno, el Padre Román, que era el párroco, se quedó siete días.
Durante casi tres años y más, han sufrido el odio, el rechazo de todo el pueblo… les decían criminales y no podía salir fuera, han sufrido humillación. Se hizo la investigación para comprobar las acusaciones del muchacho, que no me atrevo a reportar aquí.
Luego de tres años la justicia declaró inocentes a los sacerdotes, a todos, pero sobre todo a estos tres. Los otros ya estaban fuera de la causa, y se declaró culpable al denunciante, porque habían visto que ese joven era fantasioso, pero era una persona muy inteligente, que trabajaba en un colegio católico, tenía este prestigio, que daba la impresión de decir la verdad. Fue condenado a pagar los costos… y estos sacerdotes inocentes.
Estos hombres fueron condenados por los medios del lugar antes que por la justicia. Por ello vuestro trabajo es muy delicado. Deben acompañar, deben decir las cosas, pero siempre con esto… la presunción legal de inocencia y no la presunción legal de culpabilidad.
Hay diferencia entre el informador que afirma un hecho, pero que no se juega por una condena propia, y el investigador que funge de Sherlock Holmes, que avanza con la presunción de culpabilidad. Todos hemos leído la técnica de Poirot, en la que todos son culpables, pero esto es el oficio del investigador, pero todos pueden investigar. Son dos posturas diversas, las que informan deben partir siempre de la presunción de inocencia, sin hacer la condena.
Este caso sucedido en Granada es un ejemplo que nos hará bien a todos en vuestro oficio.
Pregunta nuevamente por lo que puede hacer el pueblo de Dios
Papa Francisco:
Cuando se ve algo, hablar rápido. Diré una cosa un poco fea. Muchas veces son los padres quienes cubren el abuso de un sacerdote. Muchas veces. Se ve en las condenas, no creen… Ellos se convencen de que no es verdadero y el muchacho o la muchacha se queda así.
Yo tengo por método recibir o busco recibir a uno o dos por semana. He recibido a una persona, una señora que desde hace 40 años sufría esta llaga de silencio porque los padres no le creyeron. Fue abusada a los ocho años. Hablen, esto es importante. Es cierto que para una madre esto es difícil, pero hablen con las personas indicadas y hablen con los que pueden iniciar un juicio, al menos la investigación previa,
Hablar con el juez, hablar con el obispo, y si el párroco es bueno, hablar con el párroco. Esto es lo primero que puede hacer el pueblo de Dios. Esto no debe cubrirse. Me decía un psiquiatra hace un tiempo – pero quisiera que esto no fuera una ofensa a las mujeres – que por el sentido de la maternidad las mujeres son más propensas a cubrir las cosas del hijo y los hombres, pero no sé si es cierto… hablar.
Javier Romero, Rome Reports:
Santidad, quisiera hacer dos preguntas. La primera es que el primer ministro de Irlanda, que fue muy directo en su discurso, estaba orgulloso de un nuevo modelo de familia diferente al que tradicionalmente propone la Iglesia. Me refiero al matrimonio homosexual. Y este es tal vez uno de los modelos que más enfrentamientos y luchas genera. Pensaba en el caso de una familia católica, cuando hay una persona de esta familia que declara ser homosexual. Santidad, ¿qué le diría a un papá con un hijo homosexual que le dice que quiere ir a convivir con su…? La segunda pregunta es sobre el discurso del primer ministro que en su discurso ha hablado sobre el aborto en Irlanda. Hemos visto cómo Irlanda ha cambiado mucho en los últimos años y hemos visto cómo el aborto se ha debatido en muchos países como Argentina, su país. ¿Usted cómo se siente, considerando que usted habla de este tema…?
Papa Francisco:
Le agradezco por las preguntas porque son dos temas ligados a las cuestiones que estamos hablando. Sobre el aborto, ustedes saben qué se piensa. El aborto no es un problema religioso. Nosotros no estamos contra el aborto por la religión, no. Es un problema humano que es estudiado por la antropología.
Estudiar el aborto comenzando por el hecho religioso es pasar por encima del pensamiento. El problema del aborto es estudiado por la antropología. Siempre el problema antropológico sobre la eticidad de sacar un ser viviente para resolver un problema, pero esto va en la discusión.
Pero sobre todo yo quiero resaltar esto: yo no permito nunca que se comience a discutir, donde sea, el problema del aborto, que se comience con el hecho religioso. No. Es un problema antropológico, es un problema humano. Ese es mi pensamiento.
Segundo, siempre ha habido homosexuales y personas con tendencia homosexual, siempre. Los sociólogos dicen, no sé si es verdad, que en los tiempos de cambio de época crecen algunos fenómenos sociales, éticos, uno de esos sería este, pero esa es la opinión de algunos sociólogos.
Tu pregunta es clara, qué cosa le diría yo a un papá que ve que su hijo o su hija tiene esa tendencia. Primero diré rezar, reza. No condenar. Dialogar. Entender, hacer espacio para el hijo y la hija, hacer espacio para que se exprese. Luego, en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo, es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño porque hay muchas cosas por hacer con la psiquiatría o para ver cómo son las cosas; y otra cosa es cuando se manifiesta después de los 20 años o algo así…
Nunca diré que el silencio sea un remedio. Ignorar al hijo o hija con tendencia homosexual es una falta de paternidad y maternidad. Tú eres mi hijo, tú eres mi hija, como eres, yo soy tu padre, tu madre, hablemos. Si ustedes, padre o madre, no se sienten capaces, pidan ayuda, pero siempre en el diálogo porque ese hijo o esa hija tiene derecho a una familia y la familia… No sacarlo de la familia. Este es un desafío serio a la paternidad y la maternidad, te agradezco por la pregunta. Gracias.
Comentario final del Papa Francisco:
Yo quisiera decir algo para los irlandeses que están aquí. He encontrado mucha fe en Irlanda, mucha fe. Veo que el pueblo irlandés ha sufrido mucho por los escándalos, pero hay fe en Irlanda. Es fuerte. Y también el pueblo irlandés sabe distinguir, y cito lo que escuché hoy a un prelado: “el pueblo irlandés sabe distinguir bien entre las verdades y las medias verdades. Una cosa acá adentro”.
Veo que está en un proceso de elaboración, de curación de este escándalo. Es cierto que se abre a posiciones que parecen alejarse de la fe, algunas, pero el pueblo irlandés tiene una fe enraizada fuerte.
Lo quiero decir porque es lo que he visto, he escuchado y de lo que en estos dos días me he informado. Gracias por el vuestro trabajo, muchas gracias y recen por mí por favor.