24ª Sesión de la Asamblea de la Autoridad Internacional
(ZENIT).- El Observador Permanente del Vaticano ante la ONU postuló varios principios que deberían informar una estructura regulatoria. Estas reglamentaciones tendrían que tener en cuenta las necesidades de las personas y también preservar los fondos marinos, que son “insustituibles”.
El Arzobispo Bernardito Auza, Nuncio Apostólico y Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, participó en la 24ª Sesión de la Asamblea Internacional de los Fondos Marinos, el 24 de julio de 2018 en Kingston, capital de Jamaica.
Personas por encima de las ganancias
El Arzobispo Auza enfatizó en la Asamblea que hay varias cuestiones e intereses involucrados en la minería del fondo del mar. Pero ante todo, el prelado dijo: “Es crucial recordar que las personas están en el centro de nuestras decisiones y acciones cuando formulamos regulaciones… La buena ley fluye de anteponer las personas a las ganancias a corto plazo”.
Inevitablemente, hay personas que serán impactadas directamente e inmediatamente por la minería de los fondos marinos, a lo que el Arzobispo indicó que era imperativo que estas personas participaran en las decisiones relacionadas a la estructura reglamentaria. “Estas personas–comentó el Arzobispo– deben participar activamente para que sus intereses se tengan debidamente en cuenta”.
Las empresas comerciales deben participar
El Observador Permanente de la Santa Sede recordó a la Asamblea que la gran mayoría de las actividades mineras ocurren en un contexto comercial. Como dijo el Arzobispo, estos contextos son “áreas fuera de la jurisdicción nacional”. Para crear una estructura reglamentaria eficaz, las autoridades regulatorias ”tienen que invitar a estas entidades a dialogar”, indicó Mons. Auza.
“Incluir a las empresas comerciales –observó– no debe impedir que la Autoridad examine el proceso industrial de principio a fin… sino ayudar a minimizar las consecuencias dañosas y reducir los riesgos y las consecuencias inherentes a la minería”.
El diálogo fortalece las estructuras regulatorias
Terminando su comentario, Mons. Auza amonestó a la Asamblea que su fin es “buscar una gestión sostenible de los recursos más eficaz a largo plazo y la seguridad de las personas y el medio ambiente”.
Como señala el Papa Francisco, equilibrando las necesidades de diversos grupos y los intereses por medio de un diálogo abierto ayudará a crear una estructura reglamentaria más fuerte que trabaja para “los bienes comunes globales”.
Richard Maher
Imagen: Fondo Marino En Islas Maldivas
(© Wikipedia/Jan Derk)