Ante los ataque a la marcha pacífica de las madres de abril, los obispos nicaragüenses han declarado que no se puede reanudar la mesa del Diálogo Nacional mientras «al pueblo se le niegue el derecho a manifestarse libremente y sea reprimido y asesinado»
Los obispos de Nicaragua han emitido un comunicado conjunto tras el ataque de grupos paramilitares a los participantes en la gigantesca marcha pacífica en apoyo a las madres de abril, ocurrido la noche miércoles 30 de mayo y saldado con al menos diez muertos con disparo en cabeza y tórax y un número indeterminado de heridos que ha dejado a varios hospitales bloqueados. Los prelados sostienen haber vivido «con profundo dolor los acontecimientos violentos contra la población civil», y condenan estos hechos, «en contra del ejercicio de la libre manifestación pacífica». Asimismo, rechazan «esta agresión organizada y sistemática en contra del pueblo», motivo por el cual, aluden, «no se puede reanudar la mesa del Diálogo Nacional». Al pueblo «no se le puede seguir negando el derecho a manifestarse libremente y sea reprimido y asesinado».
Citando la encíclica de san Juan Pablo II Centesimus annus, recalcan que no pueden seguir permitiendo esta violencia inhumana «que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y trastorna la vida de los que matan, que deja tras de sí una secuela de rencores y odios, y hace más difícil la justa solución de los mismos problemas que la han provocado».
«Es una verdadera revolución cívica lo que estamos viviendo en Nicaragua y cada día la cuota de sangre aumenta», afirman las religiosas teresianas en un mensaje de difusión de WhatsApp que han enviado a todos sus amigos y colaboradores más cercanos. «Es un terrorismo de Estado lo que vivimos»; «no queremos ser otra Venezuela y por eso estamos luchando desde una resistencia pacífica no violenta», afirman.
Denuncias y fake news
Su denuncia responde a la petición del obispo de la diócesis de Estelí, monseñor Juan Abelardo Mata, que en una carta dirigida a los sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos recuerda que, «en el ejercicio profético de denunciar y anunciar», están llamados a «proponer y promover todas las vías posibles para alcanzar la tan deseada democratización del país».
Sin embargo, ante algunos sectores sociales poco acostumbrados a la cultura del diálogo y ante los inmediatismos de los que quieren perpetuarse en el poder», el obispo denuncia «el descrédito y las amenazas de muerte de las que estamos siendo objeto obispos y sacerdotes» a través de distintos ataques del Gobierno orquestados «a través de periodistas y medios de comunicación oficialistas y cuentas anónimas en redes sociales». Asimismo, el prelado recuerda que «no renunciaremos a acompañar a todo el pueblo nicaragüense que bajo el azul y blanco de nuestra bandera han salido a las calles a reclamar sus justos derechos».
3.500 refugiados en la UCA
A raíz del fuego abierto contra la marcha cívica, que tenía como destino final el portón principal de la Universidad Centroamericana (UCA), más de 5.000 manifestantes que huían de los ataques entraron, muchos heridos, y fueron atendidos por voluntarios en el campus. La UCA denuncia en un comunicado «este nuevo ataque criminal y exige a las autoridades el cese inmediato de la represión que utiliza fuerzas de choque para asesinar impunemente, amparada en el desgobierno actual». La universidad pide a los organismos de derechos humanos nacionales e internacionales «emplear mecanismos de protección urgentes que ayuden a resolver esta crisis que está alcanzando niveles de masacre contra la población indefensa».
C. S. A. (Foto: AFP Photo/Diana Ulloa)