Atletas coreanos realizaron una exhibición de Taekwondo durante la audiencia general y desplegaron una pancarta en la que se podía leer: «La paz es más valiosa que la victoria»
El Papa ha presenciado una breve exhibición de Taekwondo de atletas provenientes de Corea al final de la audiencia general celebrada el miércoles 30 de mayo en la plaza de San Pedro.
Tras la demostración, que se produjo al ritmo del Ave María de Schubert, Francisco afirmó que «ver a las dos Coreas juntas ha sido un mensaje de paz para toda la humanidad».
Al final de esta presentación, los deportistas exhibieron una pancarta en la que se podía leer en italiano: «La paz es más valiosa que la victoria».
La exhibición fue realizada por taekwondistas de Corea del Sur, si bien es cierto que lo hicieron también en representación de sus vecinos del Norte. Ambos, norcoreanos y surcoreanos, participarán juntos en el Primer Gran Premio Mundial de Taekwondo que se celebrará en Roma entre el 1 y el 3 de junio.
El Pontífice ya hizo unas declaraciones similares en otra audiencia cuando las dos Coreas decidieron desfilar juntas bajo la misma bandera en la unauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en PyeongChang (Corea del Sur) el pasado febrero y lo puso como «ejemplo de esperanza para resolver pacíficamente los conflictos».
Autor de la diversidad y creador de la unidad
Durante la catequesis, el Santo Padre ha reflexionado sobre el sacramento de la Confirmación, «que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para difundir por el mundo el buen olor de Cristo».
En la conformación, ha subrayado Bergoglio, los fieles reciben al Espíritu Santo y este «distribuye los múltiples dones que enriquecen a la única Iglesia: es el autor de la diversidad, pero al mismo tiempo es el creador de la unidad».
Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco saludó a los grupos provenientes de España y América Latina. «Los animo a acoger y custodiar con gratitud y docilidad este hermoso regalo que nos da Dios, que es su Espíritu, de modo que el fuego de su amor plasme en nosotros la imagen de Jesús para poder ser discípulos misioneros en el mundo de hoy», concluyó el Santo Padre.
J. C. de A.
(Foto: EFE/Maurizio Brambatti)