La directora general de Patrimonio Cultural, Paloma Sobrini, ha visitado el conjunto arquitectónico.
Podría tratarse de una importante casa señorial o de un área de descanso para viajeros que transitaran la vía Antonino.
La Comunidad de Madrid ha concluido las obras de recuperación y mejora del yacimiento romano de El Beneficio, en Collado Mediano. Se trata de una intervención, iniciada en 2008, que ha conllevado una inversión de más de 300.000 euros desde entonces.
La directora general de Patrimonio Cultural, Paloma Sobrini, ha visitado el yacimiento así como su Centro de Interpretación, un proyecto en el que ha estado trabajando la Dirección General en el último año procediendo a su diseño, concepción y montaje a partir de la remodelación del antiguo centro ya existente.
Durante su intervención, Sobrini ha destacado que actuaciones como esta contribuyen a «dar a conocer el Patrimonio, uno de los objetivos básicos de la Comunidad de Madrid”. Esa es la razón por la que el Ejecutivo regional interviene en yacimientos arqueológicos como el de El Beneficio y trabaja por “poner a disposición de los madrileños el conocimiento de nuestra historia y cultura”, ha continuado la directora general.
El Centro de Interpretación
En las instalaciones del recién inaugurado centro se ha apostado por una nueva museografía y museología donde se explican las últimas investigaciones realizadas en este enclave, dirigiéndose al gran público. Asimismo, se ha realizado la puesta al día y cambio en la señalética en el propio yacimiento.
Y es que este proyecto ha perseguido un doble objetivo de divulgación en la medida que el enclave, además de estar incluido desde su origen dentro del Plan de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, va a formar parte de la nueva ruta cultural en la que se está trabajando: “La Vía 24 del Itinerario de Antonino”.
El descubrimiento de un yacimiento
El descubrimiento de El Beneficio se produjo como consecuencia de la explotación minera de una veta de basalto existente en el entorno del yacimiento. Las primeras noticias acerca de su hallazgo se remontan al testimonio del párroco de Collado Mediano, Ricardo Fernández García, quien, en 1917, se interesó por las remociones del terreno realizadas por varios vecinos junto al arroyo de Los Linos.
Los restos encontrados despertaron la curiosidad del párroco, quien comunicó el hallazgo a la Real Academia de la Historia mediante una carta fechada en 1927.
Un alto en el camino
El yacimiento fue interpretado antiguamente como la ciudad de Miacum y en los últimos tiempos como una posible mansio (importante casa señorial o de un alto dignatario porque aparecían las pequeñas termas), o más probable una mutatio, una posta, que permitiría hacer un alto en el camino para el descanso, la toma de baños, el cambio de herrajes y la obtención de vituallas para continuar el viaje.
El Beneficio está conformado por los restos de varios edificios de época romana y de un tramo viario localizado en su entorno. Las excavaciones arqueológicas han permitido identificar cuatro fases constructivas desigualmente conservadas y cuyos restos se superponen y entrelazan entre sí, sobre todo, en la zona noroeste del edificio.
La fase constructiva más antigua, FASE I, está formada por los restos exiguos de varios muros de mampostería de piedra que no superan las dos hiladas de altura. Esta fase se conserva de manera muy parcial debido a la destrucción sufrida por la construcción de fases posteriores.
La FASE II se corresponde con muros que definen varias estancias de planta cuadrada y rectangular de mediano tamaño orientadas en sentido Noreste y Suroeste. Estos muros, pertenecientes a la cimentación del edificio, se encuentran muy alterados por reformas posteriores.
A la FASE III, que puede fecharse en torno a los siglos III‐IV d.C., están asociados los restos más numerosos y mejor conservados, como es el caso de abundantes restos de muros de mampostería de piedra trabada con cal, que delimitan siete estancias de planta rectangular y cuadrada de un edificio de mediano tamaño, orientado al noreste, del cual se desconoce su trazado completo y que poseyó cubierta de teja. A esta fase pertenece la mayor parte del material cerámico, monedas y otros objetos recuperados.
Sobre el pavimento de opus signinum de una de las estancias de esta fase se encuentran los restos de la fase constructiva más reciente, la FASE IV. Se trata de un horno de tamaño mediano y planta circular realizado en el siglo V d. C.