El Papa ha hecho un parón en su exhaustivo repaso de la Misa y ha dedicado la catequesis de la audiencia general celebrada este miércoles santo al Triduo Pascual, «que constituyen la memoria celebrativa del único y gran misterio de la muerte y resurrección de Cristo, y marcan las etapas fundamentales de nuestra fe y de nuestra vocación en el mundo».
Asimismo, estos hechos son «también una llamada a la responsabilidad en la misión (…) para vivir como hombres resucitados, que hacen del mundo un espacio nuevo donde ser instrumentos de consuelo y esperanza para aquellos que sufren todavía hoy la humillación y la soledad».
Para ello, Francisco propuso a los files retomar una antigua tradición que todavía sigue viva «en algunos países». El día de Pascua, «cuando se oyen las campanas, las abuelas llevan a los niños a lavarse los ojos para ver las cosas de Jesús, las cosas nuevas». De esta forma, el Pontífice invitó a los fieles a hacer esto mismo en Semana Santa para «dejar que esta Pascua nos lave el alma, nos lave los ojos para hacer y ver muchas cosas buenas».
Alerta contra los cristianos mafiosos
En otro momento de la audiencia, el Santo Padre alertó contra los «cristianos falsos», que aparentemente aseguran que tienen fe, pero están «corruptos por dentro». Para el Papa esto es incompatible: «un mafioso no puede ser cristiano».
Además, ha asegurado, «estos cristianos falsos terminarán mal. El cristiano es un pecador, todos lo sabemos, yo lo soy, pero tenemos la seguridad del perdón. El corrupto hace como que es una persona honrada, pero en el fondo tiene su corazón podrido», ha agregado. Para Bergoglio, esto es una realidad «triste y dolorosa».
Alfa y Omega
(Foto: AFP Photo/Marco Bertorello)