La Fundación Ibáñez Cosentino exhibe este lienzo, pintado en Sevilla en 1645 y que lleva 40 años fuera del país
Entre los motivos más recurrentes y que mayor fortuna prodigaron a Francisco de Zurbarán (1598-1664) se encuentran sin duda las santas. El artista extremeño produjo más de una veintena de lienzos representando a jóvenes figuras femeninas bajo el denominador común del halo de santidad.
Fueron obras criticadas en la época por ciertos sectores del clero, por el ornato y la pomposidad de los trajes que en ellas aparecían. Pero con un incontestable éxito comercial, como demuestra el buen número de encargos de conventos y otras instituciones religiosas andaluces y americanos que recibió el pintor afincado en Sevilla.
Hoy, estas representaciones jalonan los museos de medio mundo. Pero siempre queda lugar para la sorpresa. Oculta en una colección privada radicada en Alemania y cuatro décadas después de salir del país, una «Santa Casilda» de Zurbarán se asomará por vez primera este sábado a la mirada del público español.
Lo hará en Olula del Río (Almería), un pequeño pueblo de la comarca del mármol de la provincia andaluza. Y será así porque ha sido el equipo técnico de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino quien la ha localizado y ha convencido a sus propietarios para que sea expuesta.
Se trata de un óleo sobre lienzo de gran tamaño, pintado en Sevilla hacia 1645, en el que de nuevo —existe otra Santa Casilda del mismo autor en el Thyssen de Madrid y otra en la colección Plandiura de Barcelona— aparece la joven hija de un rey musulmán de Toledo convertida al cristianismo.
En 1087 accedió al martirio por la ayuda que prestaba a los prisioneros cristianos, a los que suministraba pan y carne en contra de la voluntad de su progenitor. A Santa Casilda se la invocaba por sus poderes milagrosos contra las hemorragias uterinas y la esterilidad del matrimonio.
Según Juan Manuel Martín Robles, director de la fundación almeriense, estamos ante una pintura «de excelente composición, dibujo y colorido en la que destacan especialmente el magistral uso de las luces y la interpretación del naturalismo caravaggesco que caracterizan la producción zurbaranesca». Santa Casilda aparece aquí como una joven de elegante figura ataviada una vez más con ricas vestiduras de amplio colorido. Se la identifica como mártir por la palma que porta en su mano izquierda.
De este lienzo existían noticias desde que en 1977 Camón Aznar lo incluyera en su estudio sobre la pintura española del siglo XVII. Perteneciente a la colección de la familia San José, de Madrid, fue vendida a otro coleccionista privado.
A Alemania llegó a finales de los ochenta del pasado siglo, siendo empeñada después en un monte de piedad. Luego pasó a manos de Manuel Alonso, coleccionista y empresario español afincado en Dortmund. Con él regresará después de que se exponga hasta el próximo 15 de abril en Olula y posteriormente en el Museo Doña Pakyta de la capital almeriense.
Fernando del Valle/ABC
Imagen: Santa Casilda, de Francisco de Zurbarán
(Colección privada)