La Comisión Permanente de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) se ha desmarcado en un comunicado de la corriente conocida como evangelio de la prosperidad, que hace exhibicionismo de las riquezas materiales; ha asegurado el rechazo de los protestantes a la aporofobia –la fobia a las personas pobres–; e insta a denunciar a los ministros religiosos que cometen prácticas abusivas, a los que califica de «lobos con piel de cordero».
El comunicado ha surgido inicialmente como respuesta a un artículo publicado por Planeta Futuro –publicación de El País–, que lleva por título Cómo hacer negocios con Dios, en el que Tomaso Calvarino denuncia desde Accra la opulencia en la que viven algunos ministros evangélicos de Ghana.
A raíz del artículo, la Comisión Permanente de la FEREDE ha querido pronunciarse de manera oficial sobre ese tipo de prácticas abusivas y, de modo particular, sobre el llamado evangelio de la prosperidad.
No guarda relación
Según advierte la FEREDE en un comunicado, el llamado evangelio de la prosperidad es una corriente teológica que «se ha infiltrado y extendido» en algunas iglesias y movimientos evangélicos y no evangélicos alrededor del mundo pero que «no guarda relación alguna con la más amplia, histórica y extendida tradición evangélica y protestante (pentecostal y no pentecostal)».
Asimismo, «rechazamos el relato aporofóbico de esta corriente doctrinal con el que se avergüenza y estigmatiza a los pobres, así como el exhibicionismo insultante que algunos predicadores hacen de sus bienes y riquezas materiales, negando con ello, a nuestro juicio, la misma esencia del Evangelio de Jesucristo», afirman.
Prosperidad física y material
Para FEREDE, la prosperidad física y material son bienes deseables que «de forma natural suelen hacerse presentes y visibles en la vida de los creyentes y en sus iglesias como consecuencia de, un cambio de estilo de vida, la renuncia a conductas de riesgo y la adopción de buenos hábitos».
Sin embargo «esta prosperidad física y material de ningún modo constituye una prioridad en la vida del cristiano, no son necesariamente una evidencia de su calidad espiritual, como tampoco su ausencia puede ser considerada un estigma que señale falta de fe en el creyente».
La Biblia, la mejor vacuna
Por otro lado, la Federación insta a denunciar a las autoridades que correspondan en cada caso, sean eclesiales, policiales o judiciales, los actos individuales que puedan constituir comportamientos de mala praxis, estafa, engaño o cualquier otro ilícito por parte de los pastores. «Buenos y malos ministros religiosos los hay en todas las confesiones religiosas y en todos los sectores de la sociedad», subrayan.
Además, señalan que la Biblia no ampara ni justifica tales prácticas abusivas y apuntan que de hecho, el texto bíblico es «la mejor vacuna contra el abuso espiritual y la manipulación religiosa». Precisamente, señalan que en los movimientos donde se denuncian un mayor número de abusos por parte de ministros religiosos, «es fácil observar un abandono creciente de la exposición bíblica desde los púlpitos, sustituyéndose por otros contenidos religiosos como anécdotas personales, abuso de símbolos convertidos en fetiches, culto a la personalidad, en una desproporción manifiesta».
Alfa y Omega