Lamentan en un comunicado que el país ha ido menguando por la pretensión «de implantar un sistema totalitario, injusto, ineficiente y manipulador, en el que el juego de mantenerse en el poder a cosa del sufrimiento del pueblo es la consigna»
La Conferencia Episcopal del Venezuela emitió un comunicado dirigido al pueblo de Dios y a las personas de buena voluntad, en la que se refieren a la bien conocida situación del país que, aun con inmensas riquezas y potencialidades, se ha venido a menos «debido a la pretensión de implantar un sistema totalitario, injusto, ineficiente, manipulador», en el que «el juego de mantenerse en el poder a costa del sufrimiento del pueblo, es la consigna».
Tras enumerar el deterioro «inmenso» que sufre el país –falta de alimentos y medicamentos entre otros– hacen alusión a la migración forzada, a la corrupción desencadenada con motivo del contrabando, y a la indiferencia política ante estas situaciones, poniendo en evidencia la imposibilidad de que un pueblo con hambre, con enfermedades y sin oportunidades, pueda pensar en el desarrollo integral de la Patria.
De ahí que realicen un nuevo llamado a la dirigencia que disiente del oficialismo a una «mayor coherencia en sus prácticas y acciones», para que «el reclamo exigente de una salida democrática y pacífica, supere la terquedad de un gobierno que se hace cada vez más ilegítimo por sus actuaciones y por la creciente represión hasta para quienes han sido sus miembros».
«Los venezolanos estamos convencidos, que no es con las dádivas gubernamentales ni con las promesas de los dirigentes políticos como se va a solucionar la grave situación que afronta nuestra Venezuela», escriben.
En el siguiente punto del comunicado los prelados animan a los cristianos, en especial en este tiempo, a «manifestar la misericordia del Padre Dios, a través de obras, del testimonio y también del trabajo por la reconciliación». Mientras que a los dirigentes políticos, sociales y económicos, recuerdan que «cualquier cosa que se haga a cada uno de los hermanos que empeore su situación de vida, sea menosprecio, imposición de cargas pesadas, empobrecimiento, olvido de su protagonismo, robo de lo que les pertenece», se le hace al mismo Jesús, y aseveran, asimismo, que todas las instituciones de la Iglesia Católica y sus miembros, están más que nunca, al servicio del pueblo y con mayor énfasis, al de los más necesitados.
En la parte final del extenso comunicado los prelados realizan una serie de propuestas a los cristianos. Entre otras, que en los últimos días de Cuaresma, de la Semana Santa y de la Pascua se intensifiquen las visitas a los enfermos, a los ancianos, a los privados de libertad, a los barrios pobres y a las comunidades necesitadas, y agradecen a las Iglesias hermanas, a los hombres y mujeres de buena voluntad, el trabajo que realizan en la frontera, y también a los países hermanos que los han recibido con solidaridad. Por otra parte, sugieren que del 19 al 22 de abril, se organice una jornada nacional de oración, con gestos significativos de misericordia y caridad, en la que deberán tener una mención especial las personas que han sido asesinadas por reclamar los valores de la democracia en el país.
Retomando el comunicado del 29 de enero, los Obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana reiteran la soberanía del pueblo e interpelan a los dirigentes políticos, del Gobierno y de la Oposición, a los profesionales, miembros de los diversos gremios, obreros, empresarios, trabajadores del campo, maestros y estudiantes a escuchar el clamor del pueblo que pide ser oído: «No basta con promesas o con pequeñas dádivas dirigidas a esclavizar y hacer improductivas a las personas. No hay tiempo que perder y es la hora de un verdadero cambio para ser una nación próspera y donde se viva en democracia, y todos encontremos una tierra propia para construir sueños de libertad, fraternidad e inclusión social».
Alfa y Omega
(Foto: Twitter Caritas Carupano)