«Lo de Gabriel es la punta del iceberg. Estamos en una sociedad hostil para los niños. La calidad de una sociedad se mide por cómo sufren o no los niños, y la nuestra no es ejemplar en esto», ha dicho el obispo auxiliar de Madrid Martínez Camino
«La fe cristiana no es una ideología, sino una fuerza liberadora frente a las ideologías. La fe cristiana no es una filosofía, ni una visión del mundo, ni un código ético. Implica todo esto, pero sobre todo es un camino de salvación. La fe cristiana es, básicamente, un encuentro con Dios que me lleva a dejar que Cristo viva en mí», ha dicho este lunes el obispo auxiliar de Madrid Juan Antonio Martínez Camino en la inauguración de las jornadas Catolicismo e ideologías que tienen lugar esta semana en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, en Madrid.
La fe cristiana «no es seguir a un gurú, ni una doctrina, ni siquiera unos valores del reino de Dios. Porque ser cristiano no es tener valores, es primeramente dejar que Cristo viva en mí. El origen y el fin de la doctrina y la moral cristianas no es otro que Cristo», afirmó.
Por eso, frente a las ideologías entendidas en sentido negativo, como «pantallas que ocultan realidad con el fin de dominar las conciencias», el obispo auxiliar de Madrid destacó que las ideologías «no pueden explicar el sufrimiento y la muerte, no pueden responder a la cuestión de por qué hay víctimas». Y puso como ejemplo el fallecimiento del niño de 8 años Gabriel, cuyo cadáver ha sido descubierto este fin de semana en Almería: «Las ideologías no pueden explicar el destino de las víctimas. ¿Este niño para qué nació? ¿Qué sentido tiene todo este sufrimiento? La historia es una historia de sangre y lágrimas, y las ideologías no pueden esquivar cuestiones como esta como si fueran daños colaterales del progreso».
Ante esto, Martínez Camino desveló que «Dios asume el sufrimiento de las víctimas en la cruz de Cristo, porque no se puede pensar en Dios sin pensar en la cruz de Cristo».
Asimismo, alertó del «crecimiento que están experimentando los niños en esta sociedad. Lo de Gabriel es la punta del iceberg. Estamos en una sociedad hostil para los niños. La calidad de una sociedad se mide por cómo sufren o no los niños, y la nuestra no es ejemplar en esto».
Ante la huelga feminista
Al ser preguntado sobre la postura de la Iglesia ante las reivindicaciones de la pasada huelga feminista, el obispo auxiliar de Madrid respondió que «en la diferencia que hay entre el hombre y la mujer subyace un deseo de dominar al otro, de querer imponerse al otro», por lo que «la auténtica dignidad de ambos no puede encontrar solución sin abordar la raíz del problema. No es solamente una cuestión política o social, sino que el ser humano necesita verse libre del pecado. Difícilmente se va a poder avanzar en este asunto sin acudir a la cuestión del pecado. ¡Claro que la Iglesia está a favor de la igualdad de dignidad y de trato!, pero si no experimentamos la liberación del pecado volverán a reproducirse situaciones de dominio. Organizar la paridad es algo bueno, pero eso no trae la salvación a nadie; al final es tenernos entretenidos en problemas que aunque sean muy importantes se quedan en un nivel superficial», ha dicho.
Para Martínez Camino, la solución pasa porque haya «un sujeto humano y cristiano que viva profundamente su fe. Se organizarán mejor las cosas cuando haya suficientes personas que tengan experiencia de la salvación».
Evangelio y persecución
En este sentido, señaló que «tenemos que acercarnos a todo el mundo y proponer el Evangelio, pero sabiendo que no lo ofrecemos para que todo el mundo esté contento. Esa sería una postura irenista. Aunque presentemos el Evangelio de la forma más amable posible, hemos de ser conscientes de que el estado natural de la Iglesia es la persecución».
Por eso, «ante las ideologías de hoy, nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo y necedad para muchos. No podemos tratar a los demás como adversarios a abatir, sino como destinatarios del Evangelio, pero debemos saber que vivir a fondo nuestra fe traerá consecuencias de espada y de guerra. Siempre ha habido una reacción violenta frente al Evangelio».
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
(Foto: Juan Luis Vázquez)