Sin embargo, tras haber realizado una investigación, no ha encontrado evidencias que las sostengan
La misión de Naciones Unidas en República Centroafricana (Minusca) se ha tomado «muy en serio» las denuncias que sobre abusos sexuales hizo el obispo de Bangassou, el español Juan José Aguirre, en diversos medios el pasado fin de semana en nuestro país, donde se encuentra desde hace casi dos meses por motivos de seguridad. Principalmente en estas entrevistas en el diario ABC y Alfa y Omega , en las que alzaba la voz ante los agresiones de carácter sexual cometidas por cascos azules enviados a la zona para proteger a la población. Ya se lo había dicho a Antonio Guterres, secretario general de la ONU, cuando visitó la zona: «Le dije que había mujeres violadas, algunas menores de edad, y que eso era un crimen contra la Humanidad». Se abrió una investigación, pero nada cambió. Y por eso volvió a denunciarlo.
Ahora la Minusca acaba de hacer público un comunicado en el que se toman «muy en serio las acusaciones de abusos sexuales», aunque añaden que tras las investigaciones y encuestas no hay evidencias que sostengan esas denuncias. Un trabajo de campo que se ha realizado en colaboración con actores locales y ONG presentes en Bangassou, que, dice, son los primeros en hacer saber de estos casos..
En cualquier caso, desde Naciones Unidas muestran su compromiso de que toda denuncia de abuso tendrá su consiguiente investigación y sanción si los investigados resultan culpables, dentro de la política de tolerancia cero que vienen manteniendo el secretario general de la ONU.
Juan José Aguirre vuelve el próximo día 18 a Bangassou, aunque no por mucho tiempo, pues se trasladará hasta otra zona, Zemio, para apoyar a los sacerdotes que tiene allí desplazados para recuperar las escuelas donde conviven juntos 2.000 niños musulmanes y no musulmanes y donde ahora actúa un nuevo grupo yihadista.
Con todo, el obispo español es optimista: «No sabemos a corto plazo cómo va a terminar esto. Aunque el apartheid tampoco sabíamos cómo iba a terminar y un día desapareció».
F. Otero/J. Calderero
(Foto: Juan José Aguirre)