Fundadora de la Cátedra de Arte Sacro de la Universidad de Monterrey
(ZENIT).- La Cátedra de Arte Sacro de la Universidad de Monterrey, avalada por el Vaticano, ha celebrado recientemente el 20º aniversario de su fundación, homenajeando la espiritualidad y a los temas de evangelización plasmados en el cine.
En una entrevista exclusiva con ZENIT, Florencia Infante de Garza, fundadora y promotora de la Cátedra, habla sobre la importancia del cine para el hombre post-moderno, y explica por qué han elegido el “séptimo arte” para celebrar los 20 años de la creación de la Cátedra en la universidad mexicana.
Con motivo de este aniversario, Mons. Dario Edoardo Viganò, prefecto de la Secretaría para la Comunicación del Vaticano, visitó la Universidad de Monterrey, donde ofreció 3 discursos sobre “Buscando a Dios en los pliegues de lo visible”, “El rostro de Jesús en el cine: historia, modelos narrativos, preguntas intersemióticas” y “Arte sacro en el cine. Nuevos lenguajes y métodos inéditos de contar historias en los documentales del centro de producción audiovisual de la Santa Sede”.
La Universidad de Monterrey publicará un libro para recordar los primeros 20 años de actividades de la Cátedra de Arte Sacro. Durante las celebraciones, se proyectaron algunas figuras de arte sagrado en los edificios de la universidad.
Entrevista de ZENIT a Florencia Infanta de Garza
¿En que consiste la Cátedra de Arte Sacro de la Universidad de Monterrey?
Hago referencia a San Pablo a los Filipenses 4,8: “Todo aquello que es verdadero, noble, justo, puro, amable, honrado… sea objeto de vuestros pensamientos”. Razón motivacional para su creación; enarbolar los valores trascendentes como proyección filosófica: verdad, belleza, bondad. Cátedra proyectada a través de intensos diálogos personales a partir de 1992 con S.E. Cardenal Francesco Marchisano, Presidente de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia e instaurada en 1998 en la Universidad de Monterrey, institución de filiación católica, reconocida por su excelencia académica y de formación de valores en el ámbito humanístico.
Esta Cátedra es la única en el mundo avalada por el Vaticano, ¿qué hace tan especial vuestro proyecto?
20 años de permanencia en la Universidad de Monterrey, 20 años de presencia del Vaticano a través de 40 ponentes enviados y el manifiesto apoyo del Señor Cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente de la Pontifica Comisión de Cultura, quien cada 6 meses, envía su saludo inaugural, que es siempre un documento de halito estético, “lenguaje del espíritu” (Pablo VI) “por medio de los cuales trata de dar a conocer y manifestar la belleza y la Gloria de Dios” (Francesco Marchisano).
¿Por qué han querido dedicar el 20º aniversario de la Cátedra al cine?
El cine requería su proyección y espacio. En el mundo de hoy, donde la imagen juega un papel preponderante, -impacto social-, la cinematografía, se torna atrayente como -copia- desde luego, como seguimiento de las acciones humanas, humanamente humanas, que terminan no siendo genuinas sin embargo, existe una perentoria necesidad del espectador, -resolver- sus vacíos existenciales en un mensaje espiritual que cubra sus profundas ausencias.
El tema debe implícitamente abordar muchas de las carencias que el entorno que le circunda no las refleja. “El cine -escribía el Santo Padre Juan Pablo II en 1995- permite superar las distancias y adquiere aquella dignidad propia de la cultura, ese modo de ser y de existir del hombre que crea, dentro de cada comunidad, un conjunto de vínculos entre las personas que determinan el carácter interhumano y social de la existencia humana”.
Usted, como experta en el arte sacro, ¿qué películas calificaría como “obras maestras”, sobre el tema de lo sagrado, que ha producido el cine? ¿Cuáles son las primeras películas que le vienen a la mente?
‘El Evangelio según Mateo’ de Pier Paolo Pasolini, que fue proyectada, algunos fragmentos, por Monseñor Viganó.
Robert Bresson en el ‘Diario de un Cura Rural’ quien también se refirió en la Cátedra.
Desde luego, Ingmar Bergman con ‘Persona’, magistral director que generaba en el espectador, grandes complejidades y cuestionamientos interiores.
Luis Buñuel “actuó por la gracia de Dios” como se autodefinía.
Hago alusión al Cardenal Ravasi: “películas dominadas por religiosos, de perfil quijotesco, precisamente por la utopía y la radicalidad que los sostenían; sin olvidar la fascinante ‘Vía Láctea’”. Recordemos que Buñuel tuvo una extraordinaria injerencia en el cine mexicano.
¿Es el cine un camino para encontrar a Dios?
Sin duda, dentro del vacío existencial en que vive el hombre de la post-modernidad, éste desea encontrar en “películas de auténtica calidad artística y espiritualidad, algunas sugerencias irrevocables que, después de concluir el espectáculo, siguen viviendo en la interioridad y en la misma existencia del espectador” (Gianfranco Ravasi).
¿Qué retos tiene la Iglesia Católica en el ámbito de la cultura, a su parecer?
Concluyo su pregunta formulando casi como plegaria agradecida algunos conceptos del mensaje reciente del Cardenal Ravasi a propósito del tema de la Divina Comedia y la música: “¿Por qué se coloca en una Cátedra de Arte Sacro? Porque el autor Dante Alighieri es un hombre de gran fe, de intenso conocimiento de la teología y de pasión por una iglesia cada vez más libre de la corrupción y del Poder, porque el argumento del poema no es sólo Infierno, Purgatorio y Paraíso, sino lo son también las virtudes teologales y morales, las vicisitudes de la historia y de la vida humana, los ángeles y por supuesto a Dios Uno y Trino”.
Rosa Die Alcolea
Imagen: Florencia Infante de Garza
(© UDEM)