Eric Harr es cofundador y Ceo de Laudato Si’ Challenge, un referente en Estados Unidos en el apoyo de empresas sociales innovadoras. Hablamos con él del proyecto apadrinado por el Vaticano y del futuro de la economía y sus prioridades.
¿Qué es Laudato Si’ Challenge?
Una iniciativa global que promueve negocios innovadores que resuelvan los problemas del cambio climático y las migraciones. Se trata aprovechar el poder y la sostenibilidad de los negocios para proteger dos fragilidades: el planeta y las personas más vulnerables. Tiene que ver con poner práctica la Laudato si. Se trata de promover una economía social, con empresas que comparten valores y ponen a la persona por encima del beneficio. Se trata, también, de actualizar la narrativa del capitalismo, de una que excluye a otra que incluye. Y, finalmente, este proyecto tiene que ver con todas las personas, de cualquier fe, que se encuentran y ponen su talento a disposición de la casa común. Es el mejor trabajo que he tenido.
¿Cómo surgió el proyecto?
En noviembre de 2016, Paul van Egen, fundador de Righ Now!, convocó una cumbre para analizar cómo la inversión podía afrontar los grandes desafíos de la humanidad: cambio climático, migraciones… Allí surgió Laudato Si’ Challenge y el cardenal Turkson aceptó. Como él mismo dijo, «queremos poner recursos humanos y económicos en común para dar solución a los desafíos de los que habla el Papa en su encíclica».
¿Cómo fue el proceso?
En primer lugar, tuvimos que contactar con inversores y patrocinadores para que nos apoyasen. Y Dios nos los concedió: Ibrahim AlHusseini, fundador del Full Cycle Energy Fund; Chade Meng-Tan, uno de los seres humanos más extraordinarios que conozco; y Thomas Ermacora, emprendedor, autor y la persona más inteligente que conozco, fueron los primeros. Luego se unieron más. Así, pudimos reunir a un equipo de clase mundial que llevaría adelante el proyecto. Entre ellos, Stephen Forte, cofundador e inversor en Fresco Capital.
Se presentaron más de 300 propuestas y tuvieron que elegir solo nueve…
Nueve compañías extraordinarias, con líderes extraordinarios que se han convertido en luminosos faros para el futuro del capitalismo. Estoy orgulloso de estas empresas. Es el fruto de un gran trabajo y también, por qué no decirlo, de una pequeña intervención divina.
¿Qué significa que el Vaticano apoye iniciativas como estas?
El Vaticano no ofrece apoyo financiero. Ellos nos abrieron las puertas y nos ofrecieron la posibilidad de acceso a un escenario global, algo por lo que estamos muy agradecidos. Debo agradecer a mi amigo, el cardenal Turkson, por darnos la oportunidad de hacer esto. En definitiva, nosotros estamos aquí para servir, para mejorar la vida de la gente.
¿Apostar por la economía social significa ir contracorriente?
Con un juicio tradicional se podría considerar así, pero es eso, tradicional. Los días de los negocios como siempre los hemos entendido están contados. Las nuevas generaciones ya no compran esto. Apoyan empresas que tienen en cuenta a la gente y al planeta, porque ellos heredarán este planeta. Están votando con sus dólares. Las compañías que no cambien, caerán. Le economía social es hoy la tendencia, pues la economía social es hoy la tendencia. La economía social es el lado bueno de la historia. Y nuestro equipo trata de promover esto, de modo que construyamos una eonomía global que sirva a la familia global. Sin excluir ni olvidar a nadie.
Fran Otero @franoterof
(Foto: Brian Leahy)