«Venezuela necesita un cambio de rumbo» y «las elecciones son el medio democrático para lograr ese cambio de rumbo». Al término de su asamblea plenaria ordinaria, en la eligieron presidente el obispo de Barinas, José Luis Azuaje, los obispos consideran que solo unos comicios con supervisión internacional pueden dar solución al problema del hambre, la inseguridad o «el éxodo de millones de venezolanos»
La Conferencia Episcopal de Venezuela abunda en las recientes palabras del Papa al cuerpo diplomático, en las que Francisco exhortaba a una solución democrática a los graves problemas de Venezuela.
Los obispos denuncian la inseguridad, la corrupción o el fracaso del gobierno «en su tarea de garantizar el bienestar de la población», hasta el extremo de que se han producido muertes por hambre en el país. «La desnutrición –aseguran en una exhortación al término de la asamblea plenaria celebrada esta semana– ha sido verificada científicamente, las muertes por inanición conmueven, las protestas por el hambre cunden en todo el país».
Todo ello ha provocado «el éxodo de millones de venezolanos», añade el documento, subrayando en particular el reciente «naufragio de una embarcación con un número importante de venezolanos» que trataban de huir del país rumbo a Curazao, isla perteneciente a los países bajos. De las treinta personas que viajaban la pasada semana en la barcaza, fallecieron cuatro, y otras 10 están desaparecidas.
El diagnóstico para la Conferencia Episcopal es claro. «La raíz de los problemas (del país) está en la implantación de un proyecto político totalitario, empobrecedor, rentista y centralizado que el gobierno se empeña en mantener», afirman, citando el documento de 2016 “El Señor ama el que busca la justicia”.
Por todo ello, «Venezuela necesita un cambio de rumbo». «Las elecciones son el medio democrático para lograr ese cambio de rumbo. Exigimos la publicación de un cronograma electoral», insiste la exhortación.
Nueva cúpula de la Conferencia Episcopal de Venezuela
Pero los obispos no se fían del gobierno de Nicolás Maduro. Para que haya elecciones limpias, consideran indispensable que se reestructure el Consejo Nacional Electoral, ya que «solo así actuará con transparencia y equidad en sus funciones y garantizará el respeto a las decisiones del pueblo». En previsión de irregularidades, «ante las próximas elecciones debe contarse con la presencia y supervisión de Observadores por parte de reconocidos Organismos Internacionales».
La exhortación critica también «la suspensión del referéndum revocatorio y la creación de la Asamblea Nacional Constituyente», mediante las cuales «el Gobierno usurpó al pueblo su poder originario». «No habrá una verdadera solución de los problemas del país hasta tanto el pueblo no recupere totalmente el ejercicio de su poder».
Lamentan también los obispos «las dificultades de entendimiento cada vez más graves entre el gobierno y la oposición política», si bien consideran que no se dan hoy las condiciones para «el diálogo y la negociación».
Mientras tanto, piden la liberación de «los centenares de presos políticos, exiliados y detenidos por cualquier causa», en alusión a los manifestantes encarcelados, y que se investiguen «las denuncias sobre las torturas».
Abogan también por la apertura de un canal humanitario ante «la emergencia económica y social». En lo que respecta a la Iglesia, «las diócesis, parroquias, Caritas y otras instituciones y ONG están haciendo lo posible, para ayudar con alimento y medicinas a quienes los necesiten».
En esa línea, los obispos animan a promover y mantener en las parroquias y comunidades «iniciativas de solidaridad» en «respuesta inmediata y fraterna a necesidades concretas».
Ricardo Benjumea