Ocho años después del terremoto de Haití, la ONG jesuita sigue trabajando para garantizar el derecho a la educación de la población haitiana.
El viernes 12 de enero se cumplieron ocho años del terremoto que arrasó Haití y provocó alrededor de 300.000 muertes y un número similar de heridos. Tras el desastre natural, cerca de 1,5 millones de personas perdieron su hogar y el país se hundió más en la pobreza y la corrupción.
El 4 de octubre de 2016, cuando los estragos del terremoto aún seguían presentes, el huracán Matthew arrasó la costa suroeste del país y parte de República Dominicana y Cuba. La catástrofe dejó más de 1.000 muertos. Matthew también dejó 2,1 millones de afectados –894.000 eran niños–, y más de 1,4 millones de personas que requerían asistencia humanitaria. El número de personas desplazadas ascendió a alrededor de 175.500, el 15% de ellas niños y niñas menores de 5 años.
Menos de un año después, el huracán Irma provocó nuevas inundaciones, personas heridas y una fallecida. Sus efectos fueron menores de lo esperado porque el ciclón no golpeó de lleno en Haití, sino que se desvió hacia el norte.
Pobreza y corrupción
Todo ello ha contribuido a que Haití sea el país más pobre de América Latina. También las desigualdades, la violencia, las epidemias y la inestabilidad política son algunos de los asuntos pendientes con los que ha de lidiar este país y que dificultan el camino hacia la recuperación.
Por eso, Entreculturas junto a Fe y Alegría, socio de la ONG española en el terreno, han trabajado en el campo de la educación, al que consideran «un medio eficaz para la superación de la pobreza» y para «reducir los dramáticos impactos de estos fenómenos de la naturaleza e incentivar el empoderamiento de la población e instituciones locales».
Antes del seísmo, Haití contaba con una tasa de alfabetización del 62% y casi 3 millones de niños y niñas estaban fuera del sistema educativo. Las infraestructuras escolares eran de muy baja calidad y la formación del profesorado deficiente. Tras el terremoto y el huracán, en un contexto devastado y sin estructura de poder sólida, el acceso a la escuela se convirtió en una prioridad todavía mayor para las dos organizaciones.
Protocolo de emergencia
Desde el primer momento, tras los desastres naturales, Entreculturas activó su protocolo de emergencia. De las 17 escuelas con las que contaba la organización en el país, 10 de ellas se encontraban en las zonas más afectadas. La actuación de la ONG se centró en la asistencia básica y en la recuperación de los medios de vida. En este sentido, por ejemplo, se distribuyeron semillas o herramientas agrícolas para fomentar la autosuficiencia y prevención de daños ante futuras catástrofes.
Garantizar el derecho a la educación
En la actualidad, a pesar de que la educación es un derecho reconocido por la Constitución Haitiana de 1987, la situación pedagógica en Haití sigue siendo muy precaria y deficiente en cuanto a calidad educativa.
La tasa de alfabetización es de un 57% entre la población mayor de 15 años y alrededor de medio millón de niños y niñas haitianos no tienen en la actualidad acceso a una educación de base. El índice de suspensos en los exámenes oficiales ronda el 70 % y 50 % en las dos evaluaciones obligatorias que se realizan en primaria y secundaria, respectivamente.
Ante la falta de inversión del Gobierno en el sector educativo público –el 90% de las escuelas del país son privadas y el coste de los servicios escolares es muy elevado–, el objetivo de Entreculturas continúa siendo garantizar el derecho a la educación y promover e incrementar el acceso a una educación de calidad de la población local Haitiana.
En este sentido, se ha desarrollado en Haití un Programa de Atención a la Emergencia y de Reconstrucción. Con él, se han construido 38 nuevas aulas, a las que asisten 1.880 alumnos y alumnas por año. También se ha contribuido a la formación de 400 nuevos profesores y profesoras y «hemos ofrecido formación técnica en 13 disciplinas a 2.845 jóvenes».
A pesar de que el programa ya ha finalizado, Entreculturas ha continuado apoyando a Fe y Alegría Haití en el fortalecimiento de la calidad educativa, el acceso a la educación de niños, niñas y jóvenes en el país, la facilitación de medios de vida en las comunidades y el fortalecimiento institucional.
Actualmente, Fe y Alegría Haití cuenta con 17 escuelas a través de las que ofrece educación a más de 5.492 estudiantes de preescolar, primaria, secundaria y educación técnica. Esta red de centros educativos cuenta con 188 docentes.
Entreculturas/Alfa y Omega
(Foto: Entreculturas)