La presidenta regional ha asegurado que la Constitución Española abrió las puertas a “una España mejor” y sigue siendo “la mayor garantía de nuestro Estado de Derecho”
Su reforma, ha subrayado, “solo debería afrontarse sobre la base de varios requisitos previos y simultáneos”, el primero de ellos “la existencia de un consenso político suficiente”
Ha defendido que “deberían permanecer inalterables y al margen del debate político la unidad de España, el carácter indisoluble de nuestra Nación y la consideración del conjunto del pueblo español como depositario de la soberanía nacional”
La Constitución “ha sido capaz de vencer los dos intentos de golpe de Estado que se perpetraron contra ella: en el Congreso de los Diputados en 1981 por parte de Tejero y en el Parlamento de Cataluña de la mano de Puigdemont ”, ha señalado Cifuentes
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha afirmado que la Constitución Española sigue siendo “la mayor garantía de nuestro Estado de Derecho” y ha defendido que su reforma “no puede ser un caballo de Troya para destruir España”. En su discurso en la recepción ofrecida en la Real Casa de Correos con motivo del 39 aniversario de la aprobación de la Carta Magna, la presidenta ha señalado que la Constitución de 1978 vino “a poner fin a décadas de falta de libertad, a cerrar las heridas de una cruel guerra civil, a hacer que dejáramos de mirar el pasado inmediato con rencor y con dolor y a abrir las puertas de un futuro mejor y de una España mejor”.
“En 1978 cambiamos dictadura por democracia, Estado unitario por Estado descentralizado, aislamiento internacional por apertura al mundo y caminamos hacia la libertad, la igualdad, y el pluralismo, abrimos las puertas de un nuevo destino colectivo, cimentado sobre la unidad de España y de los españoles”, ha resumido, y “pese a todo -ha dicho-, lo cierto es que la Constitución Española conmemora su 39 aniversario fuertemente cuestionada por quienes la consideran una enemiga y pretenden acabar con ella”.
La cuestionan de un lado, ha indicado, “los que consideran que abrió las puertas de lo que ellos llaman, con menosprecio, el régimen del 78”, pese a que estos son “quienes han dado muestras reiteradas de su devoción por regímenes totalitarios donde los más elementales derechos constitucionales son papel mojado”, y de otro, “quienes, desde el oportunismo y la deslealtad institucional, ven en la Constitución un obstáculo para avanzar en el independentismo y la ruptura de España”, aquellos, ha añadido, “que en Cataluña han roto sin pudor el juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución como norma fundamental del Estado.
También cuestionan nuestra Constitución, ha continuado, “quienes, a sus 39 años, la tachan de vieja, de obsoleta, de no responder a las necesidades de la España de hoy”, olvidando, ha apostillado, “la antigüedad de las Constituciones de países tan democráticos como los Estados Unidos, Alemania o Francia”, que, “pese a su longevidad, tienen hoy plena vigencia”.
Como ha afirmado la presidenta madrileña, la Constitución “sigue siendo la mayor garantía de nuestro Estado de Derecho” porque “ha sido capaz de vencer los dos intentos de golpe de Estado que se perpetraron contra ella: en el Congreso de los Diputados en 1981 por parte de Tejero y en el Parlamento de Cataluña de la mano de Puigdemont”.
También, porque “ha sabido configurarse durante estos 39 años como la más eficaz protectora de unos derechos y libertades que nos han puesto a la altura de Europa y que ya son irrenunciables para todos nosotros” y porque “ha configurado un nuevo modelo territorial, con elevadísimos niveles de autogobierno en las distintas comunidades autónomas”.
En este sentido ha opinado que “mienten quienes afirman sin pudor, desde algunas comunidades, que hoy están igual que hace casi 40 año y que incluso han retrocedido en derechos y libertades”, y quienes dicen “que los gobiernos de España han sido un freno y que la Constitución ha supuesto una barrera para el reconocimiento de sus derechos”. “Hay que vivir en un mundo muy irreal y crear una realidad paralela para decir, como hacen algunos en Cataluña, que los niveles de autogobierno son hoy los mismos que en 1978 y que nada se ha avanzado desde entonces”, ha declarado.
Igualmente, ha criticado a quienes han impugnado ante el Tribunal Constitucional la aplicación de un artículo de la Constitución, el 155, eligiendo “ruptura” en lugar de “unidad” y suspendiendo, “una vez más, en el examen de patriotismo”.
Lealtad y sentido de Estado
La presidenta regional ha señalado que “nada hubiera sido igual en España sin nuestra Constitución”, pese a lo cual “algunos están planteando ahora abordar su reforma, una reforma que es posible, y que la propia Constitución Española contempla en su Título décimo”, pero que “solo debería afrontarse, sobre la base de varios requisitos previos y simultáneos”.
En primer lugar, ha enumerado, “la existencia de un consenso político suficiente sobre la necesidad de la reforma constitucional y los objetivos específicos que debería perseguir, porque la reforma no puede ser el inicio de un camino hacia ninguna parte”, y en segundo lugar, la concreción de “aquellos aspectos que, por constituir la esencia de la nación y de la propia Constitución, en ningún caso podrían ser objeto de reforma, y por tanto deberían permanecer inalterables y al margen del debate político, entre ellos la unidad de España, el carácter indisoluble de nuestra nación y la consideración del conjunto del pueblo español como depositario de la soberanía nacional. Porque la reforma –ha subrayado- no puede ser un caballo de Troya para destruir España”.
En tercer lugar, ha continuado, “sería necesario también que cualquier proceso de reforma se abordara con lealtad y sentido de Estado, en el mismo sentido de Estado con el que llevaron a cabo su redacción los constitucionalistas del 78, quienes dieron todo un ejemplo de cordura, pensando en España por encima de ideologías radicalmente opuestas”. “Solo con ese espíritu de reconciliación, lealtad y concordia pudo acometerse la elaboración del texto constitucional, y solo con ese mismo espíritu podrá abordarse cualquier modificación sustancial”, ha defendido la presidenta madrileña, que ha opinado que “la reforma no puede nacer del enfrentamiento ni alimentar la división, respondiendo a intereses espurios”.
En ese marco, Cifuentes ha abogado por “mantener inalterable lo sustancial, lo que nos une, lo que es garantía de una España diversa y plural” y por “reforzar, si todos lo entendemos necesario, solo aquellos valores que el tiempo, la experiencia y la razón, acreditan como merecedores de una nueva mirada”, “valores vinculados a la igualdad, para que las comunidades autónomas tengamos un sistema de financiación homogéneo y sin privilegios; vinculados a la coherencia, para que todas las Administraciones sepamos con la máxima precisión cuáles son nuestras competencias; y vinculados a la solidaridad y a la justicia, para que todos contribuyamos de forma equitativa al reequilibrio social y territorial”.
“No olvidemos nunca que el fin primordial de la Constitución, de cualquier Constitución, es garantizar principios y derechos, pero también preservar la integridad y el espíritu de la Nación que constituyen su esencia, y que deben trascenderla; mantener la integridad, en definitiva, del cuerpo y del alma de la Nación, representada en un día tan solemne como hoy, por la bandera de España y la de todas las comunidades que la integran”, ha manifestado Cifuentes, que ha proclamado que “España no se toca, España no se rompe; y quienes pretendan hacerlo, con o sin reforma constitucional, nos tendrán siempre enfrente”.
“Por amor a España, por respeto a su pasado, por confianza en su futuro, por los españoles que han sido y los que serán, por todos, gritad conmigo: ¡Viva España!, ¡Viva la Constitución!, ¡Viva el Rey!”, ha finalizado.
Fotos: D. Sinova