Los seis astronautas de la Estación Espacial Internacional han dialogado el jueves 26 con el Papa Francisco, y han respondido a sus preguntas sobre cómo se vive en el espacio y qué reflexiones les suscita su experiencia allí
«La mayor alegría me la da mirar afuera y ver la creación de Dios. Es indescriptible la belleza de la Tierra y sentirte tocado en el alma. Tener una perspectiva increíble, verla con los ojos con los que la ve Dios». Estas palabras del astronauta estadounidense Randy Bresnik ha sido uno de los momentos que más ha gustado al Papa Francisco de su videoconferencia con los pasajeros de la Estación Espacial Internacional.
La conversación, de casi media hora, ha tenido lugar en la tarde de este jueves. Invirtiendo la estructura habitual de otros encuentros, en esta ocasión fue el Pontífice el que quiso saciar su curiosidad y escuchar las historias y reflexiones de los seis viajeros espaciales: tres estadounidenses, dos rusos y un italiano. A Bresnik le había preguntado qué le daba más alegría en su estancia.
Mirando desde arriba –ha continuado la respuesta de este– «no hay fronteras, no hay conflicto, hay paz. Ves la finura de la atmósfera y te das cuento de lo frágil que es y de la necesidad de trabajar juntos para un futuro mejor».
Un Papa curioso
¿Qué les hizo querer ser astronautas?; ¿qué es lo que más les impacta de estar en el espacio, donde por ejemplo no hay arriba y abajo?, han sido algunas de las preguntas de Francisco. Pero también, a la vista de esta experiencia, «¿cuál es su pensamiento del rol del hombre en el universo?».
El astronauta Paolo Nespoli, único europeo en la estación y traductor durante el encuentro, le ha devuelto la pregunta. «Soy un ingeniero. Cuando se habla de estas cosas más internas, me siento perplejo. Cuanto más conocemos, más nos damos cuenta de lo poco que conocemos. Me gustaría que personas como usted, no ingenieros ni físicos sino teólogos, filósofos, escritores, pudieran venir al espacio a explorar qué significa tener un ser humano en el espacio».
El mismo astronauta le ha agradecido al Santo Padre, al final de la conversación, «habernos llevado más arriba, sacarnos de la mecánica cotidiana y hacernos pensar en cosas más grandes que nosotros».
Literatura en el espacio
Francisco ha subrayado que la investigación que se lleva a cabo en la estación es obra de distintos países. «Es un gran ejemplo de colaboración internacional –ratificó el estadounidense Joe Acaba, de origen puertorriqueño–. Lo que quedan son los individuos que colaboran. Cada uno lleva una diversidad y la diversidad nos hace más fuertes». Respetándose siempre en la individualidad, «trabajando juntos podemos hacer más que como individuos».
Durante el encuentro, también ha habido lugar para las citas literarias. El Papa ha aludido al pasaje de Dante sobre el amor que mueve el Sol y las estrellas, y el ruso Alexander Misurkin ha respondido con una idea sacada del libro que está leyendo allá arriba, El principito. «El amor es la fuerza que te da la capacidad de dar tu vida por otro», concluía. «Ustedes, los rusos, tienen ese mensaje en la sangre, en su tradición tan humanística y tan religiosa», ha valorado Francisco.
Alfa y Omega
(Foto: Osservatore Romano/Reuters)