El teólogo calvinista Odair Pedroso detecta interés por el diálogo incluso entre las corrientes pentecostales, muy fragmentadas.
El Pew Research Institute ha publicado dos estudios que apuntaban a que protestantes y católicos han dejado atrás en gran medida sus diferencias. Según el centro de investigación estadounidense, entre el 50 % y el 65 % de católicos y protestantes europeos y estadounidenses considera a la otra confesión como más parecida que diferente. Para Odair Pedroso Mateus, presidente del Comité de Fe y Orden del Consejo Mundial de la Iglesias (CMI), esto no se puede interpretar ciegamente como una buena noticia: «Hoy hay una pérdida de las identidades. A las personas a veces les resulta difícil explicar por qué pertenecen a una confesión y cuáles son las grandes diferencias entre ellas».
Así lo confirma el Pew: en torno a la mitad de los protestantes sostiene una postura sobre la justificación tradicionalmente católica –que exige tanto fe como obras–, mientras que cerca de un quinto de los católicos afirma que para salvarse basta la fe, como sostuvo Lutero. La investigación también apunta a que este aparente acercamiento es más marcado entre quienes dan a la fe menos importancia en su vida. Para Pedroso, «es una especie de ecumenismo sociológico en el que la gente se siente cerca, pero no porque los problemas se hayan resuelto, sino porque se olvidan. Esto no se puede identificar con la unidad». Al contrario: en su opinión, para alcanzar esta debemos «vivir en serio lo que enseñan nuestras Iglesias».
Más allá de la fragmentación
Otro factor que influye en el diálogo entre católicos y protestantes es la enorme fragmentación entre estos últimos, especialmente entre las corrientes pentecostales. Pedroso la atribuye a la confluencia del espíritu de crítica con el que nació el protestantismo y de la libre interpretación de la Escritura. Según este teólogo calvinista, las divisiones no afectan a «la unidad en torno a los principios más antiguos», pero tampoco son inocuas, pues dificultan «que las Iglesias dialoguen sobre lo que enseñan», con lo cual la doctrina corre el riesgo de alejarse cada vez más del cristianismo histórico.
Muchas de estas nuevas Iglesias han rechazado el ecumenismo, o lo aceptan solo en cuanto búsqueda de «un cierto panprotestantismo». Son Iglesias de lugares como América, África o Asia, que no sufrieron en sus propias carnes la herida de la división, y viven la diversidad como algo natural. Curiosamente, en los últimos tiempos algunas de ellas están empezando a buscar el diálogo con las Iglesias tradicionales. «Sienten la necesidad de profundizar en la comprensión de lo que son y de la fe, e ir más allá de la construcción meramente emocional» que a veces las caracteriza, apunta.
Para acoger a estas corrientes en el ámbito ecuménico, a finales de los 1990 se creó el Foro Cristiano Global (FCG), que además del CMI y la Iglesia católica acoge a la Conferencia Mundial Pentecostal y a la Alianza Evangélica Mundial, dos entidades hasta ahora más distantes. «Mientras desde el Consejo Mundial de las Iglesias buscamos la restauración de la unidad visible, al foro pueden venir y compartir experiencias, con momentos de oración y estudio, pero sin ese compromiso». Se trata de un intento de ayudar a los protestantes más alejados del ecumenismo a incorporarse a un proceso que ya lleva décadas de recorrido.
María Martínez López
Imagen: El secretario del FCG habla a 5.000 pentecostales en Malasia
(Foto: Foro Cristiano Global)