Ante los miembros de la Academia Pontificia para la Vida, Francisco ha denunciado que la ideología de género, siguiendo una «utopía de lo neutro», quiere borrar la «diferencia bendita» entre los sexos y la transmisión de la vida en este contexto
El Papa rechazó la ideología de género, que «pretende cancelar completamente» la diferencia entre hombre y mujer para promulgar la «utopía de lo neutro».
En un discurso a los miembros de la Academia Pontificia para la Vida al concluir su Asamblea Plenaria, el Santo Padre ha afirmado que esta es una vía errónea para hacer frente a «las interpretaciones negativas» que se han podio dar sobre las diferencias entre hombre y mujer.
El Papa ha expresado que los hombres y las mujeres fueron creados «en su diferencia bendita» y que «juntos han pecado por su presunción de sustituir a Dios». «Juntos, con la gracia de Cristo, vuelven a la presencia de Dios, para honrar el cuidado del mundo y de la historia que Él les ha encomendado», ha determinado. La alianza entre ellos «está llamada a tomar las riendas de la dirección de la sociedad entera».
En cambio, en vez de optar por esta vía, se ha pretendido borrar «tanto la dignidad humana de la constitución sexualmente diferente como en la calidad personal de la transmisión generativa de la vida».
«La manipulación biológica y psíquica de la diferencia sexual, que la tecnología biomédica deja entrever como completamente disponible a la elección de la libertad –¡aunque no lo es!–, arriesga a que se desmantele la fuente de energía que alimenta la alianza del hombre y de la mujer y la hace creativa y fecunda».
En este contexto, la Iglesia debe «hacer su parte», empezando por «reconocer honestamente los retrasos y las faltas» que se han podido cometer.
Una cultura ajena a la realidad
En relación con el tema en torno al cual giraba la Asamblea Plenaria, el Santo Padre también abordó en su discurso la incidencia sobre la vida humana de los avances biotecnológicos, que hacen posibles «manipulaciones de la vida que hasta hoy eran impensables».
La cultura actual está «obsesivamente centrada en la soberanía del hombre respecto a la realidad», diagnosticó el Pontífice. Esto exige «intensificar el estudio y comparar los efectos de tal evolución de la sociedad en sentido tecnológico para articular una síntesis antropológica que esté a la altura de ese desafío».
Y concluyó: «El mundo necesita creyentes que, con seriedad y alegría, sea creativos y propositivos, humildes y valientes, determinados a recomponer la fractura entre las generaciones».
Alfa y Omega
(AFP Photo/Alberto Pizzoli)