La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) informó que el día 12 de agosto recibió desde el Hospital Carlos III de Madrid, donde estaba ingresado, la comunicación del fallecimiento del Hermano de San Juan de Dios Miguel Pajares.
La OHSJD agradeció todas las muestra de apoyo que ha recibido desde las administraciones públicas, de la sociedad en general y particularmente el buen hacer de los profesionales del hospital que han atendido al Hermano Pajares.
El Ébola se había comido a Pajares
El sacerdote Miguel Pajares, que ha fallecido víctima del ébola, estaba invadido por el virus, que «se lo había comido por todos los lados». Pajares, de 75 años, que fue repatriado desde Liberia el pasado día 7 e ingresado en el Hospital madrileño para tratarle, entre las tres y las cuatro de la madrugada sufrió una parada respiratoria, ante la cual una junta de médicos decidió mantenerle sedado y sin intubarle. El paciente tenía el riñón mal, de hecho ya no orinaba, padecía también tifus, sufría problemas cardíacos y «había perdido todas las defensas», con lo cual «la salvación de su vida no era posible».
Pajares fue incinerado
El cuerpo de Miguel Pajares ha sido incinerado en el tanatorio de la localidad madrileña de Villalba, tras fallecer a causa de las complicaciones derivadas del ébola en el hospital La Paz-Carlos III a las 9.28 horas. Según la Consejería de Sanidad, el cadáver fue trasladado directamente al tanatorio desde el centro hospitalario en un féretro sellado. Nada más llegar fue introducido en el horno crematorio. El cadáver ha sido incinerado de acuerdo con el protocolo establecido en estos casos por el Ministerio de Sanidad a fin de garantizar la seguridad del personal sanitario, funerario y de la ciudadanía. No se le realizó autopsia debido a la elevada carga viral de los fluidos corporales, como así lo establece el protocolo de actuación ante estos casos. Hoy miércoles 13 sus cenizas serán enterradas tras un oficio religioso.
Una vida dedicada al cuidado de los más necesitados
Miguel Pajares, el primer español fallecido por Ébola, dedicó gran parte de su vida a cuidar de los demás. Nacido en La Iglesuela, un pueblo de la provincia de Toledo, hace 75 años, Miguel Pajares había trabajado en Liberia desde 2007. Sacerdote de la orden de San Juan de Dios desde la década de los 60, había estado en el continente africano desde su jubilación. Primero estuvo en Ghana, hasta que en 2007 marchó a Liberia, como director espiritual y para cuidar de los enfermos.
El sacerdote entró en la Orden Religiosa San Juan de Dios con 12 años y, desde entonces, «ha dedicado su vida a ayudar a quienes lo necesitan», relataba su hermano Feliciano. Miguel Pajares estudió Enfermería, después se ordenó sacerdote y estuvo 18 años de misiones en distintos países, entre ellos, Irlanda, Ghana o Liberia.
Miguel Pajares, el mediano de cinco hermanos, visitó por última vez su pueblo natal el pasado mes de junio y tenía previsto volver a España a últimos de agosto o principios de septiembre para quedarse y continuar su labor porque, narraba su hermano Feliciano, «siempre ha dicho que hay que hacer obras buenas por los demás».
Según informa el Diario de León, desde que marchó a Monrovia en 2007 había perdido 12 kilos de peso por las pésimas condiciones de vida en la capital de Liberia. Cada año, volvía a León para someterse a un chequeo médico. El sacerdote sufría de problemas de corazón.
Antes de iniciar su trabajo en el continente africano, estuvo en un colegio de Palencia y en otro de Valladolid, según informaban en su pueblo. Pajares era el encargado de oficiar la misa de la patrona de la localidad, además de los Oficios de Semana Santa. Solía acudir a su pueblo natal, de unos 500 habitantes, dos veces al año, y su familia, antes de conocerse la trágica noticia de su contagio y de su fallecimiento este martes, lo esperaba de vuelta en casa en el mes de septiembre.
Era capellán del hospital que dirige la orden en la ciudad de Monrovia, Liberia. Un centro que se consideraba un referente para la atención sanitaria en el país africano desde hace 50 años, cuando fue fundado. En el lugar, donde se contagió la enfermedad, se encontraba aislado junto a sus compañeros, a los que no quería abandonar. El sacerdote contrajo la enfermedad cuando cuidaba de su hermano Patrick Shamdze, que murió por ébola, a pesar de que este dio negativo en la prueba. Debido al negativo, Pajares se relajó, hasta que comenzó a sufrir los síntomas del virus. (Efe)
Dolor por el fallecimiento de Pajares
El equipo de españoles de Cruz Roja en Sierra Leona ha recibido con dolor la noticia del fallecimiento del religioso toledano Miguel Pajares y ha pedido no olvidarse de África porque los casos de ébola están aumentando de «manera importante» en los últimos días.
En conversación telefónica con Efe, la jefa médica de Cruz Roja en Sierra Leona, Manuela Cabero, también toledana, ha manifestado que siente «pena» de que «un español que se ha pasado treinta años dedicando su vida a África muera así» y aunque ha reconocido que existe riesgo de que ellos puedan contagiarse, no esperan que les suceda «nada».
Cabero ha alertado de que los casos de ébola están multiplicándose en el Hospital de Kenema, epicentro del brote de este virus, y si ayer por la mañana había 39 pacientes ingresados por esta causa, a las 17:00 horas de la tarde ya había más de 60.
«Y sólo de ébola, porque las demás áreas del hospital no están funcionando», apunta la jefa médica, que ha sido presidenta de la organización Cruz Roja en Castilla-La Mancha.
El equipo médico de Cruz Roja está instalando una nueva unidad de atención sanitaria para los enfermos de ébola, que esperan que esté disponible en dos o tres semanas aunque Cabero ha señalado la dificultad de ponerla en marcha porque tiene que haber «división de circulación de pacientes y división de circulación de personal sanitario».
Cabero ha manifestado que cuentan con medios para atender a los pacientes contagiados con el virus de ébola, que son pagados por las organizaciones no gubernamentales y por la Organización Mundial,de la Salud(OMS).
No obstante, ha dicho que «se necesitan recursos para África» y ha advertido de que si ahora hay una epidemia de ébola, también continúan los casos de fiebre tifoidea, amarilla o sida.
«Que no se olviden que África sigue estando aquí con los mismos tipos de fiebres hemorrágicas y de otro tipo muy graves», ha pedido la jefa médica de Cruz Roja en Sierra Leona. (Agencia EFE)
Hermana Juliana
El sacerdote llegó acompañado de la hermana Juliana Bonoha, que no padecía la enfermedad pero que también fue ingresada como medida preventiva. Se encuentra en la misma planta donde estaba Pajares y donde permanece en otra habitación contigua. Hasta el momento ha dado negativo en las pruebas del ébola pero está infectada de tifoideas. Aunque no hay constancia de su contagio por el virus, se sigue un protocolo de seguridad «idéntico» al mantenido estos días con el sacerdote fallecido. Además, la hermana está en observación continuada y se le seguirán realizando analíticas durante el resto de los días estipulados para descartar cualquier riesgo, si bien su estado de salud es bueno y permanece estable.