El Santo Padre los recibe en el Vaticano
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco recibió el viernes 15 en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano a los miembros de la Asociación Nacional Operadores del Espectáculo Itinerante (ANESV) con motivo del 70 aniversario de su fundación.
El Santo Padre agradeció a estos representantes del mundo del espectáculo por el trabajo que realizan con su arte y alegría, en tantos lugares y pueblos. Y les aseguró que ellos tienen una una misión: “ofrecer a la gente, a los niños, pero también a los adultos y a los ancianos la oportunidad de una diversión sana y limpia. Es diversión sana y limpia, sin necesidad de ir “abajo” a buscar material para que la gente se divierta”, dijo.
Y dentro de esta vocación, de esta misión, “¿cómo puede no estar la mano de Dios? Dios nos ama y quiere que seamos felices”. Porque “Dondequiera que haya una alegría simple y limpia, está su huella”. Por eso, si conservan estos valores, esta autenticidad y sencillez, son mensajeros de la alegría que agrada a Dios, y que procede de Él, aseguró.
“Sé que la vida del trabajo itinerante no es una vida fácil” reconoció el Papa. “Conozco lasdificultades que atraviesan con las familias, en vuestro constante ir de lugar en lugar”, dijo. Incluso en comunidades que no siempre “aprecian el valor social de este tipo de espectáculo”.
Y les exhortó: “No se desanimen, sigan este camino, para que nuestras ciudades y nuestros pueblos no pierdan esta belleza peculiar a través de vuestra presencia, de vuestro arte y de vuestra alegría”.
“El vuestro es un camino que, gracias a Dios, está iluminada por la fe, una fe que se vive especialmente en la familia, y esto es muy importante: la familia en camino con Dios, animada por la confianza en la Providencia”, dijo.
“Una fe que encuentra también en las diversas parroquias por las que pasan” y que son “lugares de referencia para el descanso espiritual: para participar en la Eucaristía, la preparación y la celebración de los Sacramentos, para un consejo y una ayuda fraternal de la comunidad”. Deseó por ello el Papa que haya apertura “entre vuestras comunidades itinerantes y las comunidades parroquiales”
Con esta belleza “artesanal” –diferente a la producida por las grandes potencias de la diversión– que tiene un aroma de asombro y encanto, y que sin embargo, es el resultado de horas y horas de duro trabajo, que “genera una alegría dulce en los niños” y en la cual “los mayores reencuentran la alegría de la infancia”