En la 72ª Asamblea General de las Naciones Unidas
(ZENIT ).- “Es hora de pasar de las leyes a las acciones”, –expone Mons. Ivan Jurkovič, Observador permanente de la Santa Sede en la Organización de las Naciones– y asegura que “las formas contemporáneas de la esclavitud, la servidumbre, la trata de personas y el trabajo forzoso deben abordarse de raíz”.
El diplomático del Vaticano citó al papa Francisco: “La globalización de la indiferencia (…) nos obliga a forjar una nueva solidaridad y fraternidad mundial capaz de darles nuevas esperanzas y ayudarles a avanzar con valentía en medio de los problemas de nuestro tiempo y los nuevos horizontes que ellos describir”.
“Con este fin –afirmó Mons. Jurkovič ante las Naciones Unidas– las nuevas formas de esclavitud deben abolirse de la misma manera que la abolición de la esclavitud en el mundo antiguo: mediante la adopción de una nueva visión del ser humano y su dignidad, mediante la legislación, la educación y la conversión de las mentes”.
Y subrayó que las formas contemporáneas de la esclavitud, la servidumbre, la trata de personas y el trabajo forzoso “deben abordarse de raíz”. Esta tarea comienza con el reconocimiento de la “fuente de la dignidad humana”, con un claro entendimiento de que “todos los hombres y mujeres son iguales en dignidad” y, por lo tanto, ningún ser humano debe ser tratado como un mero objeto o como un medio para un fin, explicó el sacerdote.
El Observador permanente explicó que Alianza 8.7 está trabajando en la elaboración de un “Informe Global de Esclavitud Moderna y Trabajo Infantil”, financiado por la Organización Mundial del Trabajo (ILO) y por la “Walk Free Foundation” (WFF), que proporcionará cifras mundiales y regionales que ayudarán a medir el progreso de los esfuerzos mundiales para alcanzar el Objetivo 8.7 del SDG.
Y anuncia que con este objetivo, los líderes mundiales “se comprometieron a tomar `medidas inmediatas y efectivas´ para erradicar el trabajo forzado, acabar con la esclavitud moderna y el tráfico de personas y aseguren la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil”.
Nuevas formas de esclavitud
En este sentido, Mons. Ivan Jurkovič advirtió de que la trata de personas para la explotación laboral y sexual en la economía privada “genera unos beneficios anuales estimados en 150 billones de dólares americanos”, que superan ahora los del comercio de drogas, y señaló que este tipo de economía ilegal “está creciendo, no disminuyendo”.
Asimismo, destacó que entre los millones de migrantes a nivel mundial, muchos corren el riesgo de ser víctimas de trata y explotados: a menudo empobrecidos y desempleados, “son objetivos fáciles para quienes los abusan en situaciones de esclavitud contemporánea”.
Mons. Ivan Jurkovič concluyó que “todos debemos ser conscientes de estas situaciones dramáticas y trabajar para erradicar las formas nuevas y atroces de la esclavitud humana. Hay cada vez más evidencia que demuestra que ahora nos enfrentamos a un fenómeno global que excede la competencia de cualquier ciudad, comunidad o país”.
Rosa Die Alcolea
Imagen: Refugiados
(Foto Darrin Zammit Lupi – Jesuit refugee service)