Para Manos Unidas “sin alfabetización, habilidades sociales y formación específica digital se condena a la población a la pobreza y la inadaptación social”.
La ONGD denuncia que la falta de atención a las poblaciones más vulnerables de cada país ha dado lugar a generaciones de “analfabetos escolarizados”.
Manos Unidas promueve proyectos especialmente centrados en la alfabetización de la infancia y de mujeres, en India y en Líbano, siendo estos últimos dirigidos a población refugiada.
El 8 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Alfabetización, una fecha en la que en Manos Unidas recordamos que la alfabetización es la principal herramienta de lucha contra la pobreza y su perpetuación. De hecho, es un derecho humano esencial para el desarrollo, la erradicación de la desigualdad y la promoción de sistemas justos, sostenibles e inclusivos ya que sin ella no sería posible cumplir ninguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) propuestos por la ONU para 2030.
“La posibilidad de leer o de comprender los documentos escritos, incorporarse a la era digital y las habilidades sociales, están directamente relacionados con la erradicación de la pobreza y con el desarrollo de los pueblos y sociedades” asegura Maria José Hernando de Manos Unidas “ya que es el principal medio por el que la infancia, pero también los adultos, en particular las mujeres, pueden superar la pobreza e integrarse plenamente en la sociedad”. Precisamente, este año 2017, la propuesta desde la UNESCO para este Día Internacional se centra en “La alfabetización en la era digital”.
La alfabetización y el derecho a la educación está avalado por múltiples acuerdos internacionales y reflejado en las constituciones y legislaciones nacionales. Así, los Estados están obligados a que la alfabetización esté disponible; sea accesible a todos sin discriminación; sea aceptable en términos de calidad; culturalmente apropiada y esté adaptada a las necesidades concretas de las comunidades. Pero, según afirma Hernando, “aunque algunos países han ampliado sus sistemas escolares, no han sabido cómo enseñar a las poblaciones más vulnerables dando lugar a generaciones de analfabetos escolarizados”.
Según los datos de la UNESCO, las dos terceras partes de la población analfabeta mundial son mujeres, (479 millones). Geográficamente, la mayor brecha está en Asia (77% de hombres alfabetizados frente a 58% de mujeres), el norte de África (82% de hombres frente al 66% de las mujeres) y el África Subsahariana (69% de hombres frente al 53% de las mujeres).
Actualmente, 750 millones de jóvenes y adultos no saben aún leer ni escribir, 250 millones de niños no consiguen adquirir las capacidades básicas de cálculo y lectoescritura y 72 millones de niños y niñas no están escolarizados. Esos jóvenes y adultos poco instruidos y cualificados no logran integrarse plenamente en sus comunidades y entornos sociales. Pero son las niñas las primeras a las que se les niega el derecho a la educación. De hecho, unos 16 millones de niñas de entre seis y 11 años nunca irán a la escuela primaria, en comparación con 8 millones de niños en la misma situación.
Ejemplos de proyectos de alfabetización en Líbano e India
Conscientes del papel que la alfabetización tiene en la población más vulnerable del mundo, Manos Unidas trabaja desde hace cerca de 60 años favoreciendo proyectos de alfabetización, especialmente centrados en infancia y mujeres. Dos ejemplos de ellos son los proyectos que favorecen a la infancia y a las mujeres, en su mayoría musulmanas, en Líbano. Y es que este es un pais muy pequeño, fronterizo con Siria e Israel, que se ha convertido en el país con mayor número de refugiados per cápita del mundo (25% de la población, 1,2 millones de personas). Aunque en un principio los refugiados fueron bien acogidos, hace dos años el Gobierno libanés prohibió el registro de nuevos refugiados en un intento por desalentar la llegada de más personas. Como consecuencia de ello la situación que se vive es de mucha tensión social por la falta de atención médica, de vivienda y de escolarización infantil. De hecho, se calcula que están sin escolarizar 200.000 niños refugiados en el país.
Y es que, tal y como destaca la UNESCO, en la actualidad se vive una grave crisis de analfabetismo provocada por los flujos migratorios y el desplazamiento masivo de refugiados. En estos casos, muchos niños han visto sus estudios interrumpidos en una edad crucial. También las mujeres han visto mermadas sus oportunidades al llegar a los países de acogida y comprobar que su falta de alfabetización les impide lograr acceder a sus más elementales derechos. Y es que la alfabetización va más allá de saber leer y escribir e implica habilidades sociales y relacionales, comprender el saber, el lenguaje y la cultura de una sociedad.
Manos Unidas junto a SB Overseas, uno de nuestros socios locales en la zona, apoya un proyecto que se desarrolla en el campo de refugiados vertical (shelter) de Ouiza (Sidón) un lugar en el que se vive en terribles condiciones: edificio de cinco plantas sin terminar de construir y abandonado donde se hacinan más de 1.200 personas refugiadas sirias (unas 200 familias). En ese asentamiento, SB Overseas tiene una escuela de apoyo escolar donde se ofrece alfabetización y formación profesional tanto a la infancia como a jóvenes de más de 14 años y a aquellas mujeres que lo solicitan. A este apoyo académico y psicológico que beneficia a 304 niños y niñas y con el que se espera llegar a apoyar a 150 jóvenes y mujeres, todos ellos refugiados, Manos Unidas está destinando 70.000 euros.
Las jóvenes y mujeres refugiadas, en su mayoría musulmanas,
se benefician de los proyectos que Manos Unidas apoya a los Fratelli
(misioneros de La Salle y Maristas) en Líbano.
(Foto: Fratelli para Manos Unidas)
Además, y desde diciembre de 2016, Manos Unidas apoya dos centros escolares, en Relieh (Sidón) y también en Beirut, junto a la Asociación Fratelli (conformada por misioneros de La Salle y Maristas y fundada en 2015 tras el llamamiento del Papa Francisco de aunar esfuerzos en pro de los refugiados, desplazados y excluidos de Oriente Medio). Con un proyecto que durará aproximadamente 12 meses y al que se han destinado 70.782 euros se está logrando alfabetizar, educar y escolarizar, así como apoyar psicológica e integralmente a cerca de 300 niños, niñas y mujeres refugiadas de Siria e Irak.
En Bihar (India) también tenemos proyectos centrados especialmente en la alfabetización y educación de las niñas y de las mujeres lo que reduce eficazmente la falta de desarrollo en niñas y mujeres y también disminuye las cifras de matrimonios precoces infantiles, a la vez que mejora las tasas de mortalidad materna e infantil y la nutrición y la educación de las familias.
Hace tan sólo unos meses Manos Unidas ha comenzado a apoyar un proyecto de desarrollo integral para mujeres y jóvenes que está teniendo lugar en 23 aldeas de Ratanpurwa, en Bihar, uno de los estados considerados más pobres de la India, centrada en población tribal (Tharu y Uraon) que vive de la agricultura y que se rige por un sistema patriarcal muy tradicional que les mantiene muy marginados y con una gran desigualdad respecto a otras poblaciones. Este proyecto, al que Manos Unidas destina 80.521 euros y que desarrolla a través de organizaciones jesuitas de la zona, beneficia a 760 personas, sobre todo niñas y las mujeres, las más afectadas por esta falta de desarrollo y cuyas cifras de abandono escolar se sitúan en torno al 80% y las de acceso a enseñanzas superiores, que tan sólo alcanza al 1%.
Algunas de las niñas y niños que se benefician
de los proyectos que financiamos en Bihar (India)
(Foto: África Marcitllach/Manos Unidas)
También en Bihar, pero en la localidad de Gaunaha, Manos Unidas junto a READ-Asociation for Rural Education and Development, llevamos a cabo un proyecto financiado con 77.569 euros y que beneficiará de 2.560 mujeres, niños y niñas, en su mayoría de los descastados Musahars (“comedores de ratas”) para lograr la alfabetización, formación no formal y formación profesional de esta población de cara a lograr su desarrollo y también para mejorar su acceso a oportunidades laborales e iniciativas económicas que aseguren los ingresos familiares