Intervención del Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en la ONU en Viena.
(ZENIT ).- La comunidad internacional pide un mayor compromiso de la sociedad civil en favor de los migrantes, eliminando el tráfico humano y combatiendo la ‘demanda’ de personas. Lo ha afirmado el sacerdote Michael Czerny, representante de la Santa Sede ante la conferencia de las Naciones Unidas que se está realizando en Viena.
También hoy continúa la 5ª sesión de trabajo del Pacto Mundial sobre Migración, que comenzó ayer sobre la migración segura, ordenada y regular. El tema de la sesión es: “El tráfico ilícito de migrantes, la trata de personas y las formas contemporáneas de esclavitud, incluida la identificación, protección y asistencia apropiadas a los migrantes y las víctimas de trata”.
El jesuita Michael Czerny, subsecretario del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, ha expresado la profunda atención que la Iglesia da a estos temas, ya que “causan sufrimiento” a un número creciente” de personas en todo el mundo, publica L´Osservatore Romano en su edición italiana.
El subsecretario de este Dicasterio enumera los diversos factores de vulnerabilidad además del hambre y las guerras: “pobreza, desempleo, falta de educación y discriminación contra mujeres y niñas”. Por ello, la comunidad internacional pide un mayor compromiso de la sociedad civil para combatir “la demanda”, por ejemplo, en lo que se refiere a la prostitución o el trabajo insuficientemente financiado, que vuelve el tráfico humano a una actividad muy rentable.
Cada vez más vulnerables
Un escenario complejo, dice el religioso, citando el mensaje del papa Francisco para el Día Mundial del Migrante 2016, “tristemente caracterizado” por “nuevas formas de esclavitud dirigidas por organizaciones criminales que venden y compran hombres, mujeres y niños”.
De hecho, “a pesar de los grandes resultados logrados a través de acuerdos internacionales, los solicitantes de asilo y los migrantes que están en riesgo de vida en busca de seguridad y un nuevo hogar, son cada vez más vulnerables”, ha declarado el jesuita al diario del Vaticano.
El segundo dato reciente es que el número de víctimas de este vil mercado “sigue creciendo alarmantemente”: el 51 por ciento de ellas son mujeres y el 20 por ciento de las niñas. En resumen, se trata de una “industria multimillonaria entre las más grandes del mundo, con una estimación de 21 a 46 millones de personas involucradas, incluyendo trabajo forzado, deuda, explotación sexual y mucho más”.
De ahí el llamamiento del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral para que “la esclavitud no sea un aspecto inevitable de la actividad económica”, indica el padre Czerny.
De hecho, afirma el sacerdote, esta última “debería estar a la vanguardia en la lucha y prevención de este absurdo”. Entre los instrumentos para combatir sugeridos caben mencionar las investigaciones coordinadas a nivel internacional, el intercambio de información, la documentación de los traficantes, la protección jurídica de los migrantes y las políticas destinadas a proteger la dignidad de las personas involucradas.
Rosa Die Alcolea
Imagen: Michael Czerny
(© Jesuitas de México)