Ciudad del Vaticano, 27 de julio 2014(VIS).-Después de rezar el Ángelus, el Santo Padre, recordando que mañana hace cien años del comienzo de la Primera Guerra Mundial, lanzó un nuevo llamamiento por la paz en Oriente Medio, Iraq y Ucrania y pidió que se detuvieran las armas.
»Mañana -dijo- se cumple el centésimo aniversario del estallido de la Primera Guerra Mundial, que causó millones de víctimas e inmensas destrucciones. Aquel conflicto, que el Papa Benedicto XV calificó como ‘inútil masacre’, desembocó, después de cuatro largos años, en una paz que resultó más frágil. Mañana será una jornada de luto en memoria de este drama. A la hora de recordar un evento tan trágico, mi deseo es que no se repitan los errores del pasado, sino que se aprendan las lecciones de la historia, para que prevalezcan siempre las razones de la paz, mediante un diálogo paciente y valiente».
»En particular, hoy mi pensamiento se dirige hacia tres áreas de crisis: la de Oriente Medio, la iraquí y la ucraniana. Os pido que sigáis uniéndoos a mi oración para que el Señor conceda a las poblaciones y a las autoridades de esas zonas la sabiduría y la fuerza necesarias para emprender con determinación el camino de la paz, afrontando cualquier diatriba con la tenacidad del diálogo y de la negociación y con la fuerza de la reconciliación. Y que el centro de las decisiones no sean los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de cada persona. ¡Recordemos que todo se pierde con la guerra y nada se pierde con la paz!».
»Hermanos y hermanas: ¡Jamás la guerra! ¡Jamás la guerra!. Pienso sobre todo en los niños a quienes se arrebata la esperanza de una vida digna, de un futuro: niños muertos, niños heridos, niños mutilados, niños huérfanos, niños cuyos juguetes son residuos bélicos, niños que no saben sonreír ¡Deteneos por favor! ¡Os lo pido de todo corazón! ¡Es hora de detenerse! ¡Deteneos por favor!».