El canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias indicó que el tema de la ecología ha entrado en la Doctrina social de la Iglesia
La encíclica Laudato Si’ ha tenido gran éxito no solo el mundo católico sino y principalmente en el mundo laico. Una encíclica que ha sido de los documentos pontificios que más éxito y repercusión ha tenido en el mundo incluso no cristiano.
Lo indicó Mons. Sánchez Sorondo, presidente de la Academia Pontificia de la Ciencia (PAC), en un desayuno de trabajo realizado en Roma con periodistas y diplomáticos, en el Hotel NH Giustiniani, organizado por Mediatrends América-Europa.
Mons. Sánchez Sorondo reconoció que si bien “cada uno la ha jalado un poco para su lado”, ha tenido gran peso también ante las Naciones Unidas, en la cumbre de París Cop 21 y en otros encuentros internacionales. El presidente de la PAC, además consideró que la Laudato Si’, es una síntesis bien lograda sobre mandato bíblico, al precisar que el hombre es custodio del planeta. Además porque califica al planeta como un bien común.
Señaló que “Galileo Galilei, dice que hay dos libros que hablan de Dios, uno es la Naturaleza y el otro el de la Biblia”. Y así como el Papa y los obispos son intérpretes de la Biblia, los científicos son quienes interpretan la ley de la naturaleza. “Por eso el Papa asume lo que dicen los científicos: el planeta está enfermo y debido al calentamiento global antrópico, o sea que el hombre determina negativamente el clima con el calentamiento global”.
Calentamiento, indicó, que se produce “no solo por el tema de los ciclos del sol, porque los cambios de este tipo se notan en milenios, y en por el contrario esto se ha agravado en los últimos treinta años, como demuestra el derretirse de los glaciares”. Aseguró que “es una tesis que he escuchado desde 1988, cuando asumí la Academia, fundamentada por científicos serios y Premios Nobel”.
Explicó que la actividad humana que usa material fósil pone más anhídrido carbónico que el debido “rompiendo los equilibrios, calentando la tierra y alterando el ciclo del agua”. Añadió que “el ciclo del agua permite la vida y alterándolo se acaba como los planetas que no tienen vida” y esto “lo sufren todos pero en particular los pueblos pobres o menos favorecidos”.
Y se preguntó: “¿El Papa puede adoptar doctrinas que vienen de la ciencia? Y respondió que “la tesis del recalentamiento la asume y el Santo Padre y dice que viene de la comunidad científica”. Y aseguró que el calentamiento global “es una afirmación como decir que la tierra es redonda”.
Primero indicó, porque “es una verdad científica” que se pueden utilizar “como las verdades que vienen de la filosofía o la ética”. Por ejemplo, “la economía tiene que apuntar al bien común, aunque esto no está en la Biblia”.
“Segundo: porque nuestra relación con la tierra es una actividad humana y ellas están regidas por la ética. Las actividades repercuten sobre nosotros mismos”. Además porque “el Papa, con el tema de la ecología ha agrandado el ámbito de la doctrina social de la Iglesia” indicó, y “la ecología pasa a estar al par del bien común, de la justicia y otros temas de la doctrina social de la Iglesia”.
Y si bien en el Cop 21 de París había grupos que negaban el recalentamiento, “se sabe que eran pagados por las lobbies del petróleo”. Es una tesis que nace en su academia de las ciencias. Incluso algunas instituciones católicas pagadas por estas lobbies claramente no están de acuerdo y a la corta o a la larga la pagan todos.
El canciller de la PAC, consideró además que las universidades católicas deberían tener un instituto sobre climatología, para que influyeran en todas las universidades.
Sobre la tesis de que el calentamiento sea algo irreversible, consideró que no, porque justamente es algo antrópico, o sea producido por el hombre
Otro problema relacionado, señaló Mons. Sánchez Sorondo, son las nuevas formas de esclavitud debido a la pobreza, que producen migraciones con su consecuencia de “trabajo forzado, prostitución y trata humana, lo más inhumano que se pueda encontrar”.
Sergio Mora
Imagen: Mons. Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias,
durante el desayuno de trabajo
(Foto ZENIT cc)