Recibe a la Fundación Centesimus Annus. Elogia la propuesta de estructuras mediación entre pobres y empresas
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “Vuestra declaración de este año indica que la pobreza necesita una mejor comprensión en cuanto fenómeno humano y no meramente económico”. Lo indicó el sábado 20 el papa Francisco al dirigirse a los participantes de la Conferencia internacional de la Fundación Centesimus Annus, a quienes recibió en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano.
Señaló que es necesario “dar vida en el interior de las comunidades y entre las comunidades y el mundo de los negocios, a estructuras de mediación capaces de poner juntas a las personas y los recursos, iniciando procesos en los cuales los pobres sean los protagonistas principales y los beneficiarios”.
El Pontífice aseguró que “un tal enfoque de la actividad económica, basado sobre la persona, animará las iniciativas y la creatividad, el espíritu empresarial y las comunidades de trabajo y de empresa, y así favorecerá la inclusión social y el crecimiento de una cultura de la solidaridad eficaz”.
El tema de la conferencia internacional fue: Alternativas constructivas en una fase de desajuste global. Ocupación y dignidad del individuo en la era digital. Incentivos a la solidaridad y la virtud cívica”, y se realizó en el Aula nueva del sínodo del 18 al 20 de mayo 2017).
El Pontífice expresó su apreció “por los esfuerzos realizados en buscar alternativas para entender la economía, el desarrollo y el comercio, para responder a los desafíos éticos impuestos por los nuevos paradigmas y formas de poder derivados de la tecnología, de la cultura del descarte y de estilos de vida que ignoran a los pobres y desprecian a los débiles”.
Y aseguró que “las cosas pueden cambiar” si se encuentra un desarrollo sostenible. Se refirió así a la declaración que realizaron este año la que “indica justamente que la lucha a la pobreza exige una mejor comprensión de esta como un fenómeno humano y no meramente económico”.
Así promover el desarrollo humano integral exige dialogar e involucrarse con las necesidades y las aspiraciones de la gente, vuelve necesario escuchar a los pobres a su cotidiana experiencia de privación múltiples y sobrepuestas, pensando a respuestas específicas y a las situaciones concretas”. También a la creación de trabajo en el contexto de la nueva revolución tecnológica en acto.
El Santo Padre señaló su preocupación por “el grave problema de la desocupación de los jóvenes y de los adultos que no disponen de medios para promoverse”, y aseguró que “asumió proporciones realmente dramáticas sea en los países desarrollados que en los en vía de desarrollo”. Tema que debe ser enfrentado con un sentido de justicia ente las generaciones”.
El Papa concluyó elogiando la profundización de estos temas, pero invitando además en empeñarse en un cambio de actitud, de opinión y de estilo de vida, lo que es fundamental para construir un mundo más justo, libre y en armonía”.