Los obispos reivindican su «derecho» y «deber cívico y moral» de pronunciarse ante la situación de Venezuela y «la conducta arbitraria» del régimen
El jueves 18 concluyó en Caracas la Asamblea Plenaria extraordinaria del episcopado que celebran los obispos ante «la difícil situación del país». La última fue en el año 2011, cuando –recuerdan– «Venezuela se aprestaba a celebrar un proceso electoral para elegir una nueva Asamblea Nacional en medio de profundas controversias».
El arzobispo de Cumana y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Diego Padrón, calificó en su discurso de apertura «el actual sistema político gobernante» de «razonablemente injustificable, éticamente ilegítimo y moralmente intolerable», y denunció «el discurso oficialista amenazador, los gestos agresivos, la imagen militarista, la mentalidad de dominio y conquista, los actos de prepotencia, la conducta arbitraria, las progresivas restricciones a la libertad, la mancha de aceite de la corrupción, la ruina del camino y de todo el aparato productivo, el descalabro de la educación, la impunidad frente al crimen, la pertinaz fuga de los ciudadanos y familia».
Los obispos «somos responsablemente imparciales, pero de ninguna manera neutrales», afirmó, reclamando «el derecho y el deber cívico y moral» de los obispos «de intervenir en todos los asuntos concernientes a la nación, sin otras limitaciones que las señaladas por la ética y las leyes».
Monseñor Padrón agradeció al mismo tiempo la «constante preocupación» del Papa por Venezuela, así como el reciente pronunciamiento de la Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) «en apoyo y solidaridad con nuestro pueblo e Iglesia».
Ricardo Benjumea
Imagen: Twitter Conferencia Episcopal de Venezuela