Es una obra de los siglos XVI y XVII que ilustra la evolución de la arquitectura religiosa de la región
La Comunidad de Madrid ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de monumento, la Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora en El Molar, un edificio de los siglos XV y XVI que ilustra el proceso evolutivo de la arquitectura religiosa en la región en relación con las circunstancias demográficas, sociales y económicas de la época.
Concebida como una pequeña iglesia de una sola nave y ampliada seis veces en menos de un siglo, es un compendio de los diferentes estilos que confluyen y coexisten en el centro peninsular, desde el gótico ojival hasta el renacimiento clasicista.
Se proyectó como templo gótico de una sola nave en el siglo XV. En las primeras décadas del siglo XVI fue ampliado en varias fases dentro del estilo gótico hasta convertirse en un templo de tres naves. La cabecera se enriqueció a su vez con una gran capilla anexa y una nueva sacristía. Una vez ampliado el templo, se reformó la torre, elevando el cuerpo del campanario.
A mediados del siglo XVI se incorporó una galería porticada de cinco vanos en el acceso principal de la fachada sur, obra plenamente renacentista relacionada con talleres de Alcalá de Henares. Durante el siglo XVII el templo se enriqueció con varios retablos y pilas bautismales barrocas, pero durante la Guerra Civil el templo sufrió graves desperfectos, perdiendo la práctica totalidad del inmueble.
La rehabilitación posterior se realizó por la Dirección General de Regiones Devastadas. En la última reforma importante, terminada en el año 1995, se reformó la cimentación de los pilares, se rehicieron las cubiertas, se revocaron los paramentos exteriores y se restituyeron con morteros los elementos de piedra degradados.
La iglesia destaca por su riqueza escultórica, que denota la existencia de importantes canteras locales y por la armonía de su espacio interior. Los elementos artísticamente más valiosos del templo son el conjunto de bóvedas góticas, los elementos escultóricos que adornan capiteles e impostas y la galería exterior, de la última fase del plateresco.
Por todo ello, se considera que el edificio tiene valores históricos, arquitectónicos y artísticos suficientes para su declaración como BIC, una decisión que, además, contó con la unanimidad de los miembros del Consejo Regional de Patrimonio Histórico.