“Convertirse no es ir donde una hada que con la varita mágica nos convierte” sino que se manifiesta en “cosas concretas”
(ZENIT- Ciudad del Vaticano).- Alejarse del mal, aprender a hacer el bien y dejarse llevar adelante por el Señor es el camino de conversión cuaresmal. Lo indicó el papa Francisco en su homilía de la misa celebrada el martes 14 en la Residencia Santa Marta. Y precisó que “Convertirse no es ir donde una hada que con la varita mágica nos convierte” sino que se manifiesta en “cosas concretas”.
Francisco reflexionó acerca de las palabras del profeta Isaías en la Primera Lectura del día. “Cada uno de nosotros, cada día, hace algo malo”, y por eso dijo es necesario “no acostumbrarse a vivir en medio de las cosas malas” y alejarse de lo que “envenena el alma” y la hace pequeña, y aprender a hacer el bien.
Y si bien reconoció que “no es fácil hacer el bien. Debemos aprenderlo siempre. Y Él nos enseña. Pero aprendan. Como los niños. En el camino de la vida, de la vida cristiana, se aprende todos los días. Se debe aprender todos los días a hacer algo, a ser mejores que el día anterior. Aprender.
“Alejarse del mal y aprender a hacer el bien: esta es la regla de la conversión, porque convertirse no es ir donde una hada que con la varita mágica nos convierte. ¡No! Es un camino”.
Por tanto es necesario coraje para alejarse y humildad para aprender a hacer el bien, que se ejerce con hechos concretos:
“Él, el Señor, aquí dice tres cosas concretas, aunque hay tantas otras: busquen la justicia, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan la causa de la viuda… Cosas concretas. Se aprende a hacer el bien con cosas concretas, no con palabras. Con hechos… Por esto Jesús, en el Evangelio que hemos escuchado, reprocha a esta clase dirigente del pueblo de Israel, porque “dicen y no hacen”, no conocen lo concreto. Y si no existe lo concreto, no puede existir la conversión”.
El Santo Padre exhortó: “Aléjense del mal, aprendan a hacer el bien. ‘Ánimo, levántate, ven, hablemos y sigamos adelante’. – ‘Pero, yo tengo tantos pecados’, – ‘No te preocupes. Si tus pecados fueran como escarlata, se volverían blancos como la nieve’.
Este es el camino de la conversión cuaresmal. Simple. Es un Padre que habla, es un Padre que nos quiere, nos quiere mucho. Y nos acompaña en este camino de conversión. Sólo nos pide que seamos humildes. Jesús les dice a los dirigentes: ‘El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado’”, dijo.
El Señor es capaz de “hacer este milagro”, es decir, “cambiarnos”, no de un día para el otro, sino en el camino: “Es un Padre que habla, es un Padre que nos quiere, nos ama. Y nos acompaña en este camino de conversión. Sólo pide de nosotros que seamos humildes. Jesús dice a los dirigentes: “El que se ensalce, será humillado y el que se humille será ensalzado”.
El Obispo de Roma concluyó su homilía señalando cuál es “el camino de la conversión cuaresmal”: Alejarse del mal, aprender a hacer el bien, levantarse e ir con Él. Entonces todos nuestros pecados serán perdonados”.