Esta mañana en un programa de radio dirigido por mi buen amigo Carlos Peñaloza y en el cual intervengo todos los viernes, pidieron mi opinión sobre el debut de la selección española ante Holanda. Mi respuesta fue que no era optimista, que no me gustaba la alineación que se había anunciado, y basaba esta opinión en la baja forma mostrada en las últimas jornadas de la Liga por algunos jugadores claves para Del Bosque. Desgraciadamente mis temores se han confirmado, aunque me hubiese gustado equivocarme. La derrota ha sido dolorosa por la forma como se ha producido y dejará huellas, aunque no todo está perdido. Quedan aún dos partidos en esta fase y lo mejor es olvidar lo que hoy ha sucedido y salir frente a Chile, primero, y Australia después con renovadas ilusiones y trabajar por sumar los seis puntos que restan por jugarse y que, incluso, podrían no ser suficientes para pasar a la siguiente ronda debido al 5-1 recibido.
No se puede dudar de la calidad de los jugadores elegidos por el seleccionador nacional. En sus brillantes historiales hay numerosos títulos con sus clubs y con el combinado nacional, entre ellos dos Europeos y un Mundial. La cuestión es si su estado de forma era el adecuado para jugar un mundial como añadido a un bajo rendimiento en el tramo final de la temporada futbolística española. Del Bosque comenzó con cinco jugadores del Barcelona a los que añadió dos más para terminar con siete del equipo blaugrana, probablemente el que peor terminó de los que luchaban por el título del torneo de la regularidad.
En la plantilla hay soluciones y el cuerpo técnico tiene que encontrarlas con serenidad pero con energía y decisión y sin pensar que se puede estigmatizar a los jugadores que hoy perdieron y que ante Chile pudieran no estar. Ante el equipo sudamericano está en juego mantener las esperanzas de clasificación. Una derrota precipitaría la eliminación de la actual campeona del mundo.
Aparte el trabajo psicológico necesario para la recuperación de la selección española, también será importante la reflexión del cuerpo técnico y las decisiones que pueda tomar para dar un nuevo aire a este equipo que se ha mostrado cansado, lento, sin ideas y, sobre todo, sin coraje. Sin embargo, aunque lo veo muy difícil, quiero pensar que podemos superar este mal momento y seguir alentando, cuando menos, la esperanza del pase de la “roja” a la siguiente fase.
Cholo Hurtado