En la homilía del martes 13, el Santo Padre asegura a los seducidos por el clericalismo que “los pecadores y las prostitutas irán delante de vosotros en el Reino de los cielos”
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la homilía de este martes en Santa Marta, ha advertido de que el espíritu del clericalismo es un mal presente también hoy en la Iglesia y la víctima es el pueblo, que se siente descartado, abusado. Hoy, además, el Santo Padre celebra el 47º aniversario de su ordenación sacerdotal y la misa estaba acompañado por los cardenales del Consejo. En su predicación, el Santo Padre ha señalado el peligro de los pastores de convertirse en intelectuales de la religión con una moral lejos de la Revelación de Dios.
El pueblo humilde y pobre que tiene fe en el Señor es la víctima de los “intelectuales de la religión”, “los seducidos por el clericalismo”, que en el “Reino de los cielos serán precedidos por los pecadores arrepentidos”.
El Papa, citando a Jesús que en el Evangelio de Mateo de hoy se dirige a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, se detiene precisamente en su rol. “Tenían autoridad jurídica, moral, religiosa”, “decidían todo”, ha recordado. Anás y Caifás, por ejemplo, “han juzgado a Jesús”, eran los sacerdotes y los jefes que han “decidido matar a Lázaro” o incluso, fue donde ellos Judas para “negociar” y así “fue vendido Jesús”. Un estado de “prepotencia y tiranía hacia el pueblo” al que han llegado instrumentalizando la ley.
Al respecto, ha observado que rehicieron la ley muchas veces, hasta llegar incluso a 500 mandamientos. “Pero era un ley sin memoria, habían olvidado el primer mandamiento, que Dios dio a nuestro padre Abrahán: camina en mi presencia y sé irreprensible”. Ellos no caminaba, ha lamentado el Pontífice, han estado parados siempre en las propias convicciones.
Y la víctima, como lo fue Jesús, es el “pueblo humilde y pobre que confía en el Señor”, “ los que son descartados”, que conocen el arrepentimiento también si no cumplen la ley, y sufren estas injusticias.
El Papa ha subrayado que estas personas se sienten “condenadas”, “abusadas”, por quien es “vanidoso, orgulloso, soberbio”. Por eso ha puesto el ejemplo de Judas, que fue un “descarte de esta gente”.
Así, el Pontífice ha asegurado que Judas fue un traidor, que es un pecado fuerte y feo, pero que después se arrepintió y fue a devolverles las monedas. Y ellos no le dijeron “pero tú has sido nuestro socio, quédate tranquilo… nosotros tenemos el poder de perdonar todo” sino “arréglatelas como puedas, es tu problema”. Y lo dejaron “solo, descartado”, ha lamentado el Santo Padre. “El pobre Judas traidor y arrepentido no ha sido acogido por los pastores”, ha observado Francisco. Porque estos –ha señalado– habían olvidado qué era un pastor. “Eran los intelectuales de la religión, los que tenían el poder, que llevaban adelante la catequesis del pueblo con una moral hecha por su inteligencia y no de la Revelación de Dios”, ha precisado el Papa.
En esta misma línea, Francisco ha asegurado que también hoy en la Iglesia suceden estas cosas. “Está ese espíritu del clericalismo”, “los clérigos se sienten superiores, se alejan de la gente”, no tienen tiempo para escuchar a los pobres, los que sufren, los presos, los enfermos. En esta línea, el Santo Padre ha asegurado que el mal del clericalismo es algo muy feo: “es una edición nueva de esta gente”. Y la víctima es la misma: “el pueblo pobre y humilde, que espera en el Señor”.
El Hijo de Dios no entró en ese juego y fue con los enfermos, los pobres, los descartados, los publicanos, los pecadores, las prostitutas. También hoy Jesús “nos dice a todos nosotros y a los que están seducidos por el clericalismo: “los pecadores y las prostitutas irán delante de vosotros en el Reino de los cielos”.