El iniciador del Camino Neocatecumenal presenta su nuevo volumen “Anotaciones” que recoge reflexiones, oraciones y poesías desde 1988 al 2014 y cuenta la próxima misión de evangelización en todo el mundo
(ZENIT -Roma).- “En mi pecho, Señor, has abierto una grieta. Es un abismo oscuro, un universo que te añora. En ella me pierdo y sufro “. “Concédeme quererte, Señor”. “Arma del cristiano, la oración”. Son solo algunas de las 506 oraciones, reflexiones, poemas, pensamientos, que Kiko Argüello ha anotado en un pequeño cuaderno durante unos 25 años y que ahora son publicadas en un libro.
“Anotaciones” es el título del volumen del iniciador del Camino Neocatecumenal, el segundo después del best-seller del 2012 “El kerygma. En las chabolas con los pobres”. Con prólogo del cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, el libro se presentó el pasado viernes en Roma, y acompañando a Argüello estaba el cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Antes de la reunión, Kiko concedió una entrevista exclusiva a ZENIT.
¿Cómo definiría su libro? ¿Por qué la necesidad de publicar estas reflexiones que resultan, en algunas partes, tan íntimas?
— Kiko Argüello: Han sido los sufrimientos que he tenido, momentos de “regurgitación” espiritual, de desahogo, durante los cuales empecé a hacer un diálogo conmigo mismo escribiendo en un cuaderno. He escrito, año tras año, estas anotaciones. ¡Nunca pensé en publicarlas! Desde 1988 llevaba estos papeles en la bolsa y dado que se me estaban rompiendo le pedí a un amigo que las pasara al ordenador. Él me dijo: “Kiko, esto es muy fuerte, ¿por qué no lo publicas? Haría mucho bien a los hermanos del Camino, porque aquí está tu alma”. Lo pensé y, con impulso también de la BAC (Biblioteca de Autores Cristianos), decidí escribir entonces el libro que considero una especie de “testamento espiritual”, un regalo para mis comunidades fundadas en Madrid, en Roma, en el mundo, a las que quiero mucho. Aquí está (muestra el volumen), me avergüenzo de leerlo porque es demasiado íntimo… Pero a alguien tal vez va a hacer bien. En ese caso, ¡bendito sea el Señor!
¿La muerte de Carmen en julio contribuyó de alguna manera?
— Kiko Argüello: Sin duda ha acelerado la publicación, porque me ha hecho darme cuenta de que pronto yo también moriré. Pensé entonces que alguien habría encontrado estas hojas. ¿Quién lo habría publicado? ¿Quién los hubiera presentado? Tal vez, pensé, es mejor que lo haga yo mismo antes de morir.
A propósito de Carmen, hay muchos dentro y fuera del Camino que se preguntan si habrá sustituta…
— Kiko Argüello: Lo hemos pensado y hemos valorado muchas hipótesis. Sin embargo, creemos que no: hasta que el padre Mario y yo tengamos salud seguimos adelante como dos apóstoles. Algunos hermanos nos ayudan en la evangelización y en otras cosas prácticas de todos los días. Pero no pensamos en sustituir a Carmen, también porque ella es irreemplazable.
¿La echa de menos?
— Kiko Argüello: Sí y no poco.
¿Qué recuerdo tiene de la que ha sido su compañera de evangelización durante tanto tiempo?
— Kiko Argüello: Carmen ha sido maravillosa. Un amor a Cristo impresionante. Dios nos ha unido y preparado para esta obra grande en medio de los pobres. Hemos llevado la iniciación cristiana a las parroquias, al menos a aquellas que lo han querido, y la gente ha descubierto qué quiere decir ser cristianos. Ser cristianos es la cosa más grande que pueda haber en la vida. Es la participación a la vida de Cristo, a la vida divina, al amor de Dios que ama de forma sorprendente hasta morir crucificado como el última de la tierra.
En las huellas de los recuerdos, el Camino Neocatecumenal dentro de algún año celebra su 50 aniversario. ¿Qué es lo primero que le viene a la mente recorriendo este medio siglo?
— Kiko Argüello: Pienso sobre todo en el hecho que junto a Carmen hemos viajado por todo el mundo: América, Asia, Europa, predicando el Evangelio en las iglesias, en las plazas, en los estadios. ¡Cuántos jóvenes hemos encontrado, miles! ¡Cuántas vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada, a la misión, el Señor ha suscitado! Realmente Dios no nos ha querido tener quietos un instante… Ha hecho todo Él con su celo de salvar la humanidad, y nosotros hemos sido solo instrumentos.
¿Se siente satisfecho?
— Kiko Argüello: Sí estoy contento, ¡pero siempre sufriendo! Me considero un pecador, un pobrecito, no sé por qué Dios me da estos sentimientos..
Sinceramente, ¿cuál cree que ha sido la contribución que el Camino ha dado a la Iglesia?
— Kiko Argüello: Los Papas siempre han reconocido la gran contribución del Camino Neocatecumenal a la Iglesia. El papa Francisco nos quiere mucho y nos ha definido como “un don”. Creo que el Camino ha servido también para salir de los límites del clericalismo que, como dice a menudo el Santo Padre, es uno de los “cánceres” de la Iglesia. A 50 años del Concilio, son muchos todavía en la Iglesia los que no soportan que un laico diga ciertas cosas, es una anomalía, o que el Señor pueda dar un carisma a un laico, porque esto significa tener “poder”. Esto todavía hoy nos hace sufrir un poco, pero Cristo ha sufrido mucho más que nosotros.
¿Se prevé alguna novedad para el futuro?
— Kiko Argüello: ¿El futuro? ¡El futuro está en las manos de Dios! Proseguimos con la evangelización en las parroquias: son muchas las nuevas en el mundo que han abierto las puertas a esta realidad de iniciación cristiana. Y después las missio ad gentes, que son una ayuda sobre todo por las familias a hacerlas permanecer unidas.
¿Prosigue la evangelización en Asia?
— Kiko Argüello: ¡Absolutamente! El Papa ha enviado ya a unas 400 familias en Asia: se está abriendo Mongolia, Laos, Vietnam y también, poco a poco, China. Hablaba hace días con el arzobispo de Pekín que me dijo: “Os necesitamos, porque tenemos urgente necesidad de un nuevo catecumenado”. Han abierto muchísimas iglesias pero hay chinos que no saben nada de Cristo, del cristianismo, no se sabe cómo educarlos, cómo acercarles a la Iglesia… Yo he dicho: “Estamos preparando 20 mil sacerdotes para la Iglesia en China, pero todavía somos demasiado pocos, ¿qué hacer?”. Por otro lado, ¿qué son 20 mil sacerdotes para más de 300 mil iglesias? Nada. China es enorme, pero ahora es un momento de kayròs, necesita apóstoles. Y nosotros, en la medida de lo posible, probamos a favorecer la evangelización. En los seminarios Redemptoris Mater digo que se prepare un grupo para China, para llevar a Jesucristo. En China, de hecho, ahora solo hay dinero… dinero, dinero dinero… Y, como dice siempre el Papa, el dinero es el anti-Dios.
Sin embargo en Europa, ha dicho en diversas ocasiones, se corre el riesgo de la apostasía…
— Kiko Argüello: No, no, no se corre el riesgo de la apostasía, Europa está ya en la apostasía. Y esto es un hecho serio, es la preparación al anticristo. San Pablo dice en la segunda carta a los tesalonicenses que “primero vendrá la apostasía y se revelará al hombre impío”, pero “el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca ”. Nosotros creemos que este aliento sea el anuncio del kerygma. Por eso estamos preparando para los dos próximos meses una misión en todo el mundo de miles de apóstoles que, de dos en dos, “sin bolso, ni dinero” anuncien el amor de Dios por la calle.
Salvatore Cernuzio
Foto: Kiko Argüello con su libro «Anotaciones» , (Ed. Cantagalli)
(c. ZENIT – SC)