En el consistorio para la creación de 17 nuevos cardenales, Francisco les pide cuidar en su corazón y en el de la Iglesia la “invitación a ser misericordioso como el Padre”
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “El camino al cielo comienza en el llano, en la cotidianeidad de la vida partida y compartida, de una vida gastada y entregada”. Así lo ha recordado el papa Francisco a los neo cardenales, en el consistorio que se ha celebrado el sábado 19 de noviembre en la Basílica Vaticana, para la creación de 17 nuevos cardenales. El nuevo cardenal deLesotho, Sebastian Koto Khoarai, no ha podido viajar hasta Roma por razones de edad. En el rito del consistorio se realiza la “imposición de la birreta”, “la entrega del anillo” y la “asignación de título o diaconía”.
En la apertura de la celebración, el nuncio en Siria, Mario Zenari, ha sido el encargado entre los nuevos cardenales de dirigir un saludo de agradecimiento al Santo Padre en nombre de todos. Por su parte, el Santo Padre ha asegurado en su discurso que “nuestra cumbre” es “esta calidad del amor”, “nuestra meta y deseo es buscar en la llanura de la vida, junto al Pueblo de Dios, transformarnos en personas capaces de perdón y reconciliación”.
Así, el Pontífice ha dicho a los nuevos cardenales que hoy se les pide cuidar en su corazón y en el de la Iglesia “esta invitación a ser misericordioso como el Padre”. Como Iglesia –ha subrayado el Papa– seguimos siendo invitados a abrir nuestros ojos para mirar las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de su dignidad, privados en su dignidad”.
Además, ha recordado que el llamado de Jesús a los apóstoles va acompañado de un “ponerse en marcha”. En vez de mantenerlos en lo alto del monte, “los lleva al corazón de la multitud, los pone en medio de sus tormentos, en el llano de sus vidas”. Una invitación –ha explicado– acompañada de cuatro imperativos que el Señor les hace para plasmar su vocación en lo concreto, en lo cotidiano de la vida. Son “cuatro etapas de la mistagogia de la misericordia”: amen, hagan el bien, bendigan y rueguen.
De este modo, el Santo Padre ha asegurado que estas cuatro acciones las realizamos fácilmente con las personas cercanas en el afecto pero, el problema surge cuando Jesús indica los destinatarios de estas acciones: “amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman”. Por eso ha lamentado que frente a los enemigos, “nuestra actitud primera e instintiva es descalificarlos, desautorizarlos, maldecirlos”.
En esta línea, el Santo Padre ha querido subrayar que “en el corazón de Dios no hay enemigos, Dios tiene hijos”. Nosotros –ha indicado– levantamos muros, construimos barreras y clasificamos a las personas. Sin embargo, “el amor de Dios tiene sabor a fidelidad con las personas, porque es amor de entrañas, un amor maternal/paternal que no las deja abandonadas, incluso cuando se hayan equivocado”. Además, ha asegurado que “el amor incondicional del Padre” ha sido y es “verdadera exigencia de conversión para nuestro pobre corazón que tiende a juzgar, dividir, oponer y condenar”.
El Pontífice también ha aprovechado para señalar que vivimos en una época en la que resurgen epidémicamente “la polarización y la exclusión como única forma posible de resolver los conflictos”. Por eso ha advertido de que muchas veces se considera enemigo a una persona “por venir de una tierra lejana o por tener otras costumbres”, “por su color de piel, por su idioma o su condición social”, “por pensar diferente e inclusive por tener otra fe”. Y sin darnos cuenta –ha observado– esta lógica se instala en nuestra forma de vivir, de actuar y proceder.
En esta misma línea, ha observado cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento “se siembran por este crecimiento de enemistad entre los pueblos, entre nosotros”. Por eso, ha reconocido que “el virus de la polarización y la enemistad se nos cuela en nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar”. De este modo, “tenemos que velar para que esta actitud no cope nuestro corazón”, porque iría “contra la riqueza y la universalidad de la Iglesia” que podemos palpar en este “Colegio Cardenalicio”.
Al finalizar sus palabras, el Pontífice ha leído la fórmula de creación y ha proclamado solemnemente los nombres de los nuevos cardenales, anunciando el orden presbiteral o diaconal asignado. El rito ha proseguido con la profesión de fe de los nuevos cardenales delante del pueblo de Dios y el juramento de fe y obediencia al papa Francisco y sus sucesores.
Los nuevos cardenales, según el orden de creación, se han arrodillado delante del Santo Padre que les impone el solideo y la birreta cardenalicia, entrega el anillo y asigna a cada uno una iglesia de Roma “como signo de participación a la preocupación pastoral del Papa” en la ciudad. Finalmente, después de la entrega de la Bula de creación cardenalicia y de asignación del Título o de la Diaconía, el Santo Padre intercambia con cada nuevo cardenal el abrazo de paz.
Rocío Lancho García
¿Qué es el Colegio Cardenalicio y quién lo forma?
En el Colegio Cardenalicio quedan representados los 5 continentes con 79 países, 60 de los cuales cuentan con cardenales electores.
Los cardenales con el papa Francisco durante el consistorio
(Foto Osservatore Romano)
Los cardenales de la Santa Iglesia Romana constituyen un Colegio peculiar, al que compete proveer a la elección del Romano Pontífice. Asimismo, los cardenales asisten al Santo Padre tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia, como personalmente, mediante los distintos oficios que desempeñan ayudando sobre todo al Papa en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal.
Con el consistorio celebrado esta mañana, en el Colegio Cardenalicio quedan representados los 5 continentes con 79 países, 60 de los cuales cuentan con cardenales electores. En concreto, Europa cuenta con 54 cardenales electores y 58 no electores. América del norte 17 electores y 10 no electores; América central 4 electores y 4 no electores; América del sur, 13 electores y 14 no electores. África cuenta con 15 cardenales electores y 9 no electores, mientras que Asia tiene 14 electores y 10 no electores. Oceanía tiene 4 cardenales electores y 2 no electores.
En total, el Colegio Cardenalicio está compuesto por 228 cardenales, 121 electores y 107 no electores
Para ser creados como cardenales, el Santo Padre “elige libremente entre aquellos varones que hayan recibido al menos el presbiterado y que destaquen notablemente por su doctrina, costumbres, piedad y prudencia en la gestión de asuntos”. Los que aún no son obispos “deben recibir la consagración episcopal”.
Los cardenales –indica el Derecho Canónico– son creados por decreto del Romano Pontífice, que se hace público en presencia del Colegio Cardenalicio. Así, a partir del momento de la publicación tienen los deberes y derechos determinados por la ley.
Además, los cardenales ayudan todos ellos colegialmente al Pontífice, sobre todo en los Consistorios, en los que se reúnen por mandato del Romano Pontífice y bajo su presidencia.
El consistorio ordinario se convoca al menos a todos los cardenales presentes en Roma para consultarles sobre algunas cuestiones graves o para realizar ciertos actos de máxima solemnidad. Sin embargo, el consistorio extraordinario, que se celebra cuando lo aconsejan especiales necesidades de la Iglesia o la gravedad de los asuntos que han de tratarse, se convoca a todos los cardenales.
Al quedar vacante la Sede Apostólica, el Colegio Cardenalicio sólo tiene en la Iglesia aquella potestad que se le atribuye en la ley peculiar.
Los nuevos cardenales creados son
1- Mons. Mario Zenari
Permanece nuncio apostólico en la martirizada Siria (italiano).
2- Mons. Dieudonné NzapalaingaC.S.Sp.
Arzobispo de Bangui (República Centroafricana).
3- Mons. Carlos Osoro Sierra
Arzobispo de Madrid (España).
4- Mons. Sergio da Rocha
Arzobispo de Brasilia (Brasil).
5- Mons. Blase J. Cupich
Arzobispo de Chicago (EE.UU).
6- Mons. Patrick D’Rozario, C.S.C.
Arzobispo de Dhaka (Bangladesh).
7- Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo
Arzobispo de Mérida (Venezuela).
8- Mons. Jozef De Kesel
Arzobispo di Malines-Bruxelles (Bélgica).
9- Mons. Maurice Piat
Arzobispo di Port-Louis (Islas Mauricio).
10- Mons. Kevin Joseph Farrell
Prefecto del dicasterio para Laicos, familia y vida (EE.UU)
11- Mons. Carlos Aguiar Retes
Arzobispo de Tlalnepantla (México).
12- Mons. John Ribat, M.S.C.
Arzobispo de Port Moresby (Papua Nueva Guinea).
13- Mons. Joseph William Tobin, C.SS.R.
Arzobispo de Indianapolis (EE.UU).
Además se unen cuatro no electores
1- Mons. Anthony Soter Fernández
Arzobispo emérito de Kuala Lumpur (Malasia)
2- Mons. Renato Corti
Arzobispo emérito de Novara (Italia)
3- Mons. Sebastian Koto Khoarai, O.M.I
Obispo emérito de Mohale’s Hoek (Lesotho)
4- Reverendo Ernest Simoni
Presbitero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult (Scutari – Albania).
Francisco y los nuevos cardenales visitan a Benedicto XVI
Al finalizar el consistorio se dirigieron al monasterio Mater Ecclesiae
El Papa y los nuevos cardenales visitan a Benedicto XVI
Foto: © Osservatore Romano
El papa Francisco y los recién creados cardenales visitaron al papa emérito, Benedicto XVI, al finalizar el consistorio. Según ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede, después de la celebración, subirán a dos autobuses para acudir al monasterio Mater Ecclesiae para visitar al papa emérito.
Benedicto XVI, a diferencia de los dos anteriores consistorios, no ha acudido a la Basílica Vaticana y por eso ha recibido la visita de los recién creados cardenales.
El Santo Padre, en una ceremonia solemne, ha creado 17 nuevos cardenales para la Iglesia católica. De este modo, han recibido la birreta cardenalicia, el anillo y la asignación de título o diaconía. Todos estaban presentes en la Basílica Vaticana excepto el nuevo cardenal de Lesotho, Sebastian Koto Khoarai, que no ha podido viajar a Roma por motivos de edad.