Es un país y un pueblo atormentando por cinco años y medio de guerra
En Siria, la situación se está volviendo “cada vez más grave”, y “no se ve el final del túnel”. Es más, en las últimas semanas se ha asistido a una “escalada de la violencia” que ha exacerbado aún más los términos del conflicto.
Lo declaró el nuncio apostólico en Damasco, Mons. Mario Zenari, en declaraciones a la agencia Asia News, en las que confirma las múltiples señales de alarma que llegan del país árabe, devastado por “cinco años y medio de un conflicto sangriento”. “Se aguarda siempre llegar a ver el fin de la violencia -agrega el prelado- pero por el contrario, lo que surge es una intensificación de la guerra”.
El enviado especial de la ONU para Siria, el italiano Staffan de Mistura, ha confirmado la suspensión de las actividades humanitarias de la task force de las Naciones Unidas, a causa de los continuos bombardeos que obstaculizan la distribución de ayuda. Él ha renovado el reclamo por una tregua de al menos 48 horas, sobre todo en Alepo convertida en epicentro del conflicto.
Y mientras en Siria está surgiendo un nuevo eje –Moscú, Teherán, Beijing– en las últimas horas, se ha vuelto símbolo del conflicto sirio la imagen de un niño de tan cinco años, llamado Omran Daqneesh, que apareció en un video filmado en Alepo. Sus ojos son el símbolo del conflicto.
“Continuamos haciendo llamamientos por la paz, por el fin de la violencia –concluye el prelado–, pero éstos caen en saco roto, y nos sentimos impotentes ante los oídos sordos de muchos. Sin embargo, es importante continuar relatando los sufrimientos” de un país y de un pueblo atormentando “por cinco años y medio de guerra”.