El obispo de Posadas, Juan Rubén Martínez, lamentó que se fueron instalando propuestas económicas donde el trabajo no es la clave del crecimiento
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, lamentó que a veces se tomen aspectos superficiales de las movilizaciones masivas que genera la devoción a San Cayetano “y no se haga una lectura profunda de la fe de nuestro pueblo, ni se tenga en cuenta de qué pueden ser indicadores, quizá las mejores encuestas para evaluar, corregir y encaminar el rumbo de toda proyección económica, social, cultural”.
Lo indicó la agencia de noticias AICA en una nota publicada hoy, indicando que el prelado advirtió que “desde hace algunas décadas se fueron instalando propuestas económicas donde el trabajo no es la clave del crecimiento”.
“No es casual que en nuestra América Latina se da por un lado un cierto crecimiento económico y por otro siga acentuándose la inequidad social. En esto, la multiplicación del asistencialismo dañó la cultura del trabajo”, aseveró y recordó el documento ‘Laborem exercens’ de san Juan Pablo II en el que se subraya la enseñanza que habitualmente nos da la doctrina social de la Iglesia, acentuando la prioridad del trabajo sobre el capital.
“Debemos afirmar la importancia del capital para el crecimiento, pero dicho crecimiento es genuino, consistente y justo, cuando está ligado al trabajo”, afirmó.
Asimismo, monseñor Martínez manifestó que será una clave en nuestra patria profundizar en el eje de la cultura del trabajo, “que tanto tiene que ver con nuestra identidad heredada de nuestros antepasados que, por generaciones, consideraron al trabajo como clave para crecer”.
“Aunque nuestra realidad va cambiando y la globalización y la tecnología generan nuevos escenarios, deberemos tener en claro que si nos sometemos sólo a lo virtual seguiremos generando rupturas con la realidad en donde el proceso de concentración y exclusión seguirán profundizándose”, señaló.
Tras citar párrafos del Documento de Aparecida referidos al trabajo, señaló que “el trabajo, garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es probablemente la clave esencial de toda la cuestión social”.
“El pasado 7 de agosto, hemos pedido y manifestado a San Cayetano que en cada hogar de los argentinos y misioneros haya pan y trabajo o mejor que haya trabajo digno para tener el pan de cada día. Pedimos la intercesión de San Cayetano a nuestro padre Dios, para que podamos revalorizar la cultura del trabajo en todos los ámbitos con la certeza de que esto nos hace más dignos, porque nos ayuda a plenificar humanamente como imagen y semejanza de Dios”, concluyó.