Se cumplen dos años de la expulsión de los cristianos de Mosul y Nínive
El Patriarca caldeo de Babilonia, Louis Raphael Sako, ha querido recordar la tragedia que viven en Irak. Se cumplen ya dos años desde que Estado Islámico ocupó la llanura de Nínive y Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak.
Por ello ha enviado un mensaje, publicada por Asia News, en el que exhorta a reconstruir la nación iraquí “rechazando la venganza” y “el uso de la religión como un arma contra los otros”. El patriarca pide “combatir el terrorismo frenando a sus autores”, pero también “a los financiadores y a los predicadores de la violencia”.
De este modo, en su mensaje recuerda que “los cristianos estamos llamados a seguir las huellas de nuestro Señor Jesucristo en vivir como hombres de paz, de amor y de buena voluntad para toda la humanidad”. Nuestros antepasados –precisa– han regado esta bendita tierra con su sangre; ellos fueron mártires y testigos de nuestra fe cristiana.
Por otro lado, el patriarca Sako observa que el segundo aniversario de la tragedia de Mosul (10-17 junio 2014) y de la catástrofe de la Llanura de Nínive (6-7 agosto 2014) trae a la memoria la letra árabe Noon ن (un símbolo usado por los perseguidores para marcar las casa de los cristianos de Mosul y otros lugares, para referirse a su identidad religiosa).
Asimismo, advierte de que en este doloroso aniversario, “el terrorismo todavía no ha sido derrotado”, “los conflictos no han terminado”, “las violaciones a los derechos humanos crecen en diversos niveles”, “los esfuerzos por la reconciliación nacional están estancados” y las promesas de erradicar la corrupción, reformando, estableciendo un gobierno federal y luchando contra la desocupación, la pobreza, el analfabetismo y las enfermedades, “han quedado en meras palabras”. A pesar de todo esto, “los iraquíes de diversas proveniencias aún aguardan un futuro mejor, especialmente luego de las recientes victorias logradas, con ISIS en retirada”, asevera.
A continuación, el patriarca ofrece una serie de ideas prácticas para la situación “post-ISIS”. En primer lugar propone “invitar a los iraquíes a actuar con sabiduría y razonabilidad en este momento crítico de la historia de Irak, rechazando la venganza”. Al mismo tiempo, “tener una visión objetiva de esta realidad perturbadora, y estar firmemente unidos para evitar que se sucedan mayores destrucciones y derramamiento de sangre”. Un segundo aspecto es el “oponerse a todos aquellos que tienen la intención de ‘tomar como rehén’ a nuestra religión y a nuestra patria, usándolas para sus programas y proclamando que ellos son custodios de ambas”. Pedimos a todos los políticos y a las autoridades religiosas –exhorta– a separarse, y a negar la legitimidad a todos aquellos que están cometiendo semejantes crímenes.
Por otro lado, pide también “exigir a quien quiera que sostenga a semejantes organizaciones y los abastece de dinero y armas que se detenga y deje de cometer estos pecados mortales”. Está prohibido –prosigue el patriarca– dejarse vencer por la frustración y por la desesperación. “No obstante admitimos que, en estas circunstancias, todos estamos compartiendo dolores y sufrimientos, esto no debe llevarnos a perder la esperanza”, añade.
Otro aspecto que se señala en el mensaje es que “para hacer frente a la ideología fanática, debemos reemplazarla con una alternativa de mente abierta”. Por eso, precisa, “para desmantelar y destruir esta ideología peligrosa, necesitamos construir una nueva cultura con una visión clara, basada sobre valores de la acogida recíproca, del respeto por la dignidad del ser humano, de la aprobación común de temas como la paz, la estabilidad, la justicia y la igualdad”.
Finalmente, el patriarca Sako subraya que urge “establecer un sistema político civil, un nuevo contrato social (constitución) que afronte las causas de la crisis, lejos de las perspectivas de partidos sectarios, nacionales, religiosos y políticos”.
De este modo, y para concluir su mensaje, sugiere a “nuestra gente que no tenga miedo de mantener alta su fe; el Dios en el cual ellos creen, y que ha dejado que sus casas se vaciaran, los devolverá sanos y salvos a su tierra y pondrá fin a su infelicidad”.