Con el lema «Hermanos en la fe» la Iglesia celebra el domingo 5 de marzo el Día de Hispanoamérica. Una jornada para recordar especialmente a los sacerdotes españoles que han salido de sus diócesis de origen para colaborar con la Iglesia católica en Latinoamérica. Estos sacerdotes se agrupan en la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA).
Los sacerdotes de la OCSHA también hacen posible su tarea a través de la ONG «Misión América».
Como cada año, el presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, cardenal Marc Ouellet, firma una carta dirigida a Mons. Francisco Pérez González, presidente de la Comisión Episcopal para las Misiones y Cooperación con las Iglesias, y a todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos españoles que trabajan como misioneros en tierras latinoamericanas.
El Día de Hispanoamérica, resalta el cardenal en este escrito, «es un momento particular que nos ayuda a cobrar conciencia de todo el bien recibido, tanto en el «nuevo mundo» como en España, a través de la acción evangelizadora de la Iglesia durante cinco siglos«. Un bien que «se experimenta tanto en los evangelizados como en los evangelizadores» porque «la experiencia misional frecuentemente nos enseña que el evangelizador resulta evangelizado de manera sorprendente y por las vías más inesperadas«.
Para el cardenal Ouellet, Hispanoamérica «es una experiencia providencial» que «muestra de manera pluriforme que una misma fe transforma, purifica y eleva a los más diversos pueblos«. Una experiencia que «tiene muchos elementos y riquezas» entre los que destaca «la fraternidad peculiar entre personas, familias y comunidades que nace tras la evangelización del nuevo mundo».
En efecto, -continúa- sin caer en un fácil optimismo antropológico o cultural que pudiera presentar a Hispanoamérica como lugar de realización de una fraternidad sin mácula, el hecho histórico es que la evangelización inculturada de los más pobres y marginados permitió en el siglo XVI que los grupos que se encontraban heridos y antagonizados iniciaran un proceso lento —insisto, jamás perfecto— de reconciliación social y mestizaje».
También señala que «la lógica de la espada fue como corregida y reorientada por el testimonio de muchos de los primeros evangelizadores y, principalísimamente, por la milagrosa aparición de la Virgen santa María de Guadalupe a san Juan Diego en el cerro del Tepeyac en 1531«. Y añade, «el anuncio explícito de Jesucristo a través de la milagrosa imagen y del relato que conocemos como Nican Mopohua, se realizó en clave de misericordia, de acogida, de verdadero abrazo a todos, sin excepción. Indígenas y españoles cayeron de rodillas ante una maternidad común que los hermanó y los reconcilió sorprendentemente«.
El cardenal cardenal Ouellet recuerda la iniciativa del papa Francisco de realizar un «novenario intercontinental guadalupano», en el que las Iglesias particulares del continente americano, de Filipinas, de Portugal y de España sean invitadas a descubrir en Guadalupe un camino educativo para la conversión del corazón, la inculturación del evangelio, la redignificación de la mujer, la opción preferencial por los más pobres y el significado verdadero de la sinodalidad como dimensión dinámica de la comunión eclesial«.
La Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación con las Iglesias de la Conferencia Episcopal Española, al escoger como lema del Día de Hispanoamérica la expresión Hermanos en la fe, «no podría insertarse mejor en esta dinámica de preparación jubilar».
El escrito termina invocando a la Virgen Santa María de Guadalupe para que «nos regale la gracia de un corazón abierto y generoso para poder vivir como hermanos reconciliados y para sanar cualquier forma de fractura en nuestras familias y en nuestras sociedades».
En datos
Actualmente hay 157 sacerdotes que han salido de sus diócesis para unirse a la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA) en 19 países de América Latina. Perú es el país con mayor número de sacerdotes españoles, 44. Este último año un sacerdote de Córdoba ha iniciado su labor pastoral en Moyobamba (Perú) y otro de Toledo en Maldonado-Punta del Este-Minas (Uruguay).
5 de estos sacerdotes han celebrado sus bodas de oro y 4, las de plata. También ha celebrado sus bodas de plata episcopales un obispo español que ejerce su ministerio en América Latina.
La OCSHA invita a colaborar con su labor a través de la oración y la ayuda económica. Gracias a estas ayudas el año pasado se recaudaron 65.560,65 euros. De estos, 62.689,16 son aportaciones de las diócesis. Los 2.871,49 euros restantes, se han recaudado de otras donaciones.
Estos gráficos se pueden consultar en la información documental elaborado por el secretariado de la Comisión Episcopal para las Misiones y Cooperación con las Iglesias.
CEE